El diseño interior de la catedral de Notre-Dame de París, que ardió parcialmente en 2019, será presentado este jueves tras un apasionado debate entre tradicionalistas y partidarios de modernizar el venerable templo.
Una veintena de expertos de los servicios de patrimonio nacional francés examinarán una presentación del proyecto encargado por la diócesis, que ha despertado controversia al contemplar la posibilidad de introducir mobiliario contemporáneo en la nave de la catedral, que tiene más de 850 años de antigüedad.
Los expertos darán su veredicto a media jornada, tras un debate a puerta cerrada.
La diócesis quiere aprovechar la restauración de la catedral gótica, cuyo tejado se desplomó tras un voraz incendio el 19 de abril de 2019, para llevar a cabo una renovación total, antes de su reapertura en 2024.
Notre-Dame de París es uno de los monumentos más visitados de Francia, con cerca de 12 millones de turistas cada año.
El incendio, fortuito según la investigación oficial, no solamente conmocionó a la opinión pública en el país, sino al mundo entero.
Millones de euros llegaron en donaciones al fondo que las autoridades constituyeron inmediatamente para hacer frente a la gigantesca tarea de rehacer la estructura del edificio.
– Personalidades del diseño contemporáneo –
Los responsables de la renovación han contactado a destacadas figuras del diseño contemporáneo, como Ernest Pignon-Ernest, conocido por su mobiliario urbano, o artistas como Anselm Kiefer o Louise Bourgeois.
Sus propuestas convivirían con las obras de los grandes maestros que ornaron la catedral parisina a lo largo de siglos, como los hermanos Le Nain o Charles Le Brun, informó el diario Le Monde. Una información que fue confirmada a la AFP por el ministerio de Cultura, que «no se opone en absoluto» a ese tipo de operación.
Entre las propuestas, banquetas con ruedas o un sistema de luces a la altura de los ojos, así como la proyección lumínica de frases de la Biblia en varias lenguas en los muros de la nave.
Como es habitual en Francia, la prensa se convirtió en la arena de debate.
Ese tipo de mobiliario o de iluminación «desvirtúan totalmente la decoración y el espacio litúrgico», escribieron en el diario Le Figaro un centenar de personalidades, entre ellas el filósofo Alain Finkielkraut o un conocido presentador de televisión, Stéphane Bern, que fue nombrado precisamente por el presidente Emmanuel Macron al frente de una misión para la salvaguardia del patrimonio francés.
Notre-Dame de París fue construida a lo largo de dos siglos, y sufrió varios incendios a lo largo de su historia. Su aspecto actual se debe en gran parte a una importante restauración que realizó en el siglo XIX un arquitecto, Eugène Viollet-le-Duc, que fue además responsable de operaciones similares en todo el país.
«Respetemos la obra de Viollet-le-Duc, respetemos el trabajo de los artistas y artesanos que lucharon para ofrecernos esta joya», explicaron esos intelectuales.
La actual propuesta de modernización navega «entre la nimiedad y lo vulgar», critican esas voces.
Eugène Viollet-le-Duc fue el responsable del diseño de la aguja de Notre-Dame, inaugurada en 1859 y se que desplomó durante el incendio.
La restauración interior no solamente aborda el mobiliario. La nave central, desde la entrada hasta el coro, será depurada para dar más espacio a turistas y fieles, y las catorce capillas que la circundan serán limpiadas a fondo.
Cada año Notre-Dame acoge 2.400 oficios religiosos y unos 150 conciertos.
La limpieza de las capillas permitirá redescubrir los enormes cuadros con motivos bíblicos que fueron encargados por el gremio de orfebres a grandes artistas de la época, entre 1630 et 1707, y que quedaron ennegrecidos por el incendio.
El canónigo Gilles Drouin, responsable del proyecto de renovación, insiste en que el objetivo es «acoger mejor» al público sin olvidar «el respeto al culto» religioso.
AFP