Kyiv,
bajo toque de queda, está determinada a resistir al embate de las tropas rusas, que mantienen igualmente un férreo asedio de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, atacada el martes con dos «bombas superpotentes».
El avance ruso parece estancado, según analistas occidentales y ucranianos, y el presidente estadounidense Joe Biden expresó el temor de que Moscú pase a mayores, recurriendo a armas químicas o biológicas.
Las potencias occidentales, reticentes a implicarse directamente en el conflicto por temor a desatar una guerra global, se aprestan a reforzar las sanciones económicas contra Rusia.
El portavoz del Kremlin afirmó que Rusia sólo usará armas nucleares en el contexto de la guerra en Ucrania si se enfrenta a una «amenaza existencial».
«Tenemos una doctrina de seguridad interior, y es pública, se puede leer en ella todas las razones para el uso de armas nucleares», dijo el portavoz, Dmitry Peskov, a la televisión CNN Internacional. «Si es una amenaza existencial para nuestro país, entonces puede usarse de acuerdo con nuestra doctrina», precisó.
– «Bombas superpotentes» en Mariúpol –
Más de 200.000 personas están atrapadas en Mariúpol, descrita por quienes consiguieron salir de allí como «un infierno helado lleno de cadáveres y edificios destruidos», según un informe de Human Rights Watch.
«Sabemos que no habrá espacio suficiente para todos», pero «intentaremos llevar a cabo la evacuación hasta que hayamos sacado a todos los habitantes de Mariúpol», dijo la vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereschuk.
Dos «bombas superpotentes» cayeron en la ciudad, indicaron las autoridades locales, sin aportar ningún balance inmediato.
Las fuerzas rusas «no están interesadas en la ciudad de Mariúpol, quieren arrasarla, reducirla a cenizas», dijeron las autoridades.
Para la evacuación se diseñaron tres trayectos entre esta ciudad y Zaporiyia, a más de 200 km al noroeste.
Mariúpol, a orillas del mar de Azov, ha sido bombardeada sin tregua y más de 2.000 personas han muerto desde el inicio de la invasión rusa.
Rusia le había dado a Mariúpol hasta las 05H00 del lunes para rendirse, pero Kiev rechazó el ultimátum y dijo que la resistencia en la ciudad había fortalecido la defensa de toda Ucrania.
– «Pausa» en Kiev –
Kiev vive en compás de espera de los próximos movimientos rusos, bajo un toque de queda de un día y medio impuesto desde la tarde del lunes, el tercero desde la invasión del país.
«En el peor de los casos moriremos, pero nunca nos rendiremos», afirmó su alcalde, Vitali Kitschko, ante el Consejo de Europa.
Maxim Kostetskyi, un abogado de 29 años de Kiev, ve el toque de queda «como una pausa».
«No sabemos si los rusos seguirán intentando rodear la ciudad, pero nosotros nos sentimos mucho más seguros, la moral está alta», dijo a la AFP este miembro de una unidad de voluntarios.
Al menos una persona murió en un ataque con dron contra un instituto científico del noroeste de la ciudad, constató la AFP, dos días después de que ocho personas murieran en el bombardeo de un centro comercial.
Rusia justificó aquel ataque asegurando que el edificio se utilizaba como un depósito de armamento.
– «Estancados» –
Los expertos ucranianos y occidentales creen que la guerra no está evolucionando como el Kremlin había planeado.
Las fuerzas rusas se están quedando sin reservas, apuntó el portavoz del Pentágono, John Kirby, señalando que los rusos «están frustrados» y «estancados».
El comando militar de Ucrania indicó que las fuerzas rusas disponen de municiones, comida y combustible solo para tres días.
El comando también aseguró que 300 soldados rusos desertaron en la región de Sumy (noreste).
Incluso en las zonas capturadas por Rusia persiste la resistencia.
Las autoridades ucranianas acusaron a las tropas rusas de disparar contra manifestantes desarmados en la ciudad sureña ocupada de Jersón.
En el este, al menos doce civiles murieron y 19 resultaron heridos en bombardeos rusos realizados el lunes por la noche contra Adviivka, en la región de Donetsk, informó Liudmila Denisova, encargada de derechos humanos del Parlamento ucraniano.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió que se dé «una oportunidad a la paz», parando «esta guerra absurda» e «imposible de ganar».
«Ucrania no puede ser conquistada ciudad por ciudad, calle por calle, casa por casa», agregó.
– Negociaciones «más sustanciales» –
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, invitó al papa Francisco a mediar entre ambos bandos.
El Kremlin consideró que las negociaciones deberían ser «más enérgicas, más sustanciales», según su portavoz, Dmitri Peskov.
Zelenski insistió el lunes en entablar una discusión directa con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la que se podrían «abordar todas las cuestiones», incluso el estatus de la península de Crimea anexionada por Rusia y de las áreas separatistas prorrusas del Donbás (este).
Joe Biden viajará el jueves a Bruselas para una serie de encuentros con líderes de la OTAN, la Unión Europea (UE) y el G7 antes de ir a Polonia, que ha recibido la mayoría de los 3,5 millones de exiliados ucranianos.
Estados Unidos y sus aliados europeos anunciarán el jueves más sanciones contra Rusia y el endurecimiento de las medidas ya adoptadas, cuando el presidente Joe Biden se reúna con funcionarios en Bruselas, adelantó el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Zelenski fue invitado a tomar la palabra en la cumbre de la OTAN, por videoconferencia.
A nivel nacional, el gobierno ruso ha emprendido una campaña para controlar la información publicada sobre el conflicto.
La justicia abrió una investigación a un conocido periodista, Alexandre Nevzorov, por haber publicado «informaciones falsas sobre un bombardeo deliberado del ejército ruso contra una maternidad de Mariúpol», un cargo pasible de 15 años de cárcel.
AFP