Recorrer cien metros o más en un agua muy fría y bajo una capa de hielo: se trata de la apnea bajo hielo, una disciplina que hasta conseguía poca proyección y que se ha ido organizando, atrayendo la atención de los ‘cazadores de récords’.
El jueves, el francés Arthur Guérin-Boëri tuvo un logro importantísimo al sumergirse bajo el hielo en el lago Sonnanen (Finlandia) para recorrer una distancia de 120 metros.
La hazaña es mayor teniendo en cuenta que el agua estaba a dos grados centígrados, lo que añade mucho más mérito a este cinco veces campeón mundial de apnea dinámica, que se realiza con nado bajo el agua en horizontal y en piscina, al contrario que la apnea vertical, consistente en sumergirse en profundidad en los mares.
«Soy un apneísta indoor, no soy un ‘profundizador’ como se dice, aunque sea el apneísta más laureado en Francia. Vende menos. Este récord bajo hielo hace ruido», explicó a la AFP Guerin-Boëri.
La apnea bajo hielo se practica desde hace mucho tiempo, especialmente en los países nórdicos, y los rusos están también entre los más destacados. Pero hasta ahora no estaba estructurada y los récords eran cosa del Libro Guiness de los Récords, lo que hacía que muchos se contentaran con conseguir distintos logros sin la obtención de una certificación oficial.
– Fenómeno de moda –
Puede realizarse con un traje de baño de cuerpo entero o más clásico, según las preferencias.
El finlandés Kristian Mäki-Jussila recorrió 101 metros con traje de baño corto y sin aletas en marzo de 2020, pero no hizo validar su distancia. La pasada semana, la finlandesa Johanna Nordblad recorrió 103 metros en apnea bajo hielo, lo que le permitió firmar el récord del mundo bajo la égida de una federación internacional.
Desde el mes de enero, la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS), miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), ha incluido oficialmente la apnea bajo hielo como discplina.
«Hay cada vez más récords bajo hielo y es gracias, entre otros, al nuevo método Wim Hoff. La Federación Internacional de Natación organiza competiciones en agua fría desde hace dos años. Es un fenómeno de moda, un regreso a la naturaleza», afirma a la AFP Olivia Fricker, vicepresidenta de la comisión nacional de apnea en la Federación Francesa de Estudios y Deportes Submarinos (FFESSM).
– Mayor rendimiento –
Wim Hoff, apodado ‘Iceman’, es un holandés que ideó un método de bienestar en torno a tres pilares que son la exposición al frío, la respiración y la concentración.
Más allá de poder sentirse mejor, este entorno glacial es un acelerador del rendimiento, según el doctor Alexandre Fuzeau, presidente de la representación francesa de The International Ice Swimming Association (IISA).
«El agua helada aumenta en un 30% los rendimientos en apnea, se puede mejorar de verdad. Es ahí donde hay récords a batir en este momento y los récords van a ir cayendo», analiza este pionero del nado en aguas frías en Francia.
«La dificultad es resistir al frío y al mismo tiempo conseguir un esfuerzo físico intenso. La actividad muscular disminuye por el frío, pero el agua capta el calor un 25% más rápido que el aire y la actividad muscular en apnea no es muy intensa. Hasta cinco minutos bajo el agua helada no hay por qué temer», afirma el médico, que asegura que todo es cuestión de adaptación.
Sin embargo, los especialistas en esta disciplina se exponen potencialmente a un choque térmico que puede provocar un síncope, sensaciones de ahogo, desorientación, reacciones cardíacas y riesgos de frío en la córnea, detalla Fuzeau, que defiende una práctica más ‘purista’, con un traje de baño simple.
«Veo indecente hacerlo con mono de baño, se hace un poco de trampas con la naturaleza», estima.
Con un tipo u otro de traje de baño, la CMAS valida los récords con un mínimo de 100 metros y con medidas de seguridad: un protocolo antes y después, que incluye un control antidopaje.
Fuente AFP