La presión aumentó el martes para que la familia real británica responda a las duras acusaciones vertidas por el príncipe Enrique y su esposa Meghan en una explosiva entrevista en que hablaron de indiferencia ante sus problemas e incluso de racismo.
Según la prensa británica, la reina Isabel II, de 94 años, cuyo esposo, Felipe de 99 años, lleva tres semanas hospitalizado y se recupera de una operación cardíaca, mantenía «conversaciones de crisis» para decidir su reacción tras la bomba lanzada por la pareja.
Según el diario The Times, la monarca se habría negado a firmar una declaración para rebajar las tensiones y querría «más tiempo para considerar su respuesta».
Por su parte, el Daily Mail afirmaba que la reina, aislada en el castillo de Windsor desde que empezó la pandemia de coronavirus hace un año, estaba conversando con su hijo y heredero al trono, Carlos de 72 años, y su nieto y segundo en la línea sucesoria, Guillermo, de 38 años.
Carlos, padre de Enrique, no hizo el más mínimo comentario ni quiso contestar preguntas al respecto durante una visita el martes a un centro de vacunación contra el covid-19.
– Crisis en la institución monárquica –
La entrevista, difundida el domingo en Estados Unidos, fue transmitida el lunes por la noche por el canal británico ITV. Fue vista por 11 millones de personas en el Reino Unido, más los 17 millones de la víspera al otro lado del Atlántico.
Provocando una de las peores crisis vividas por la institución monárquica británica, la acusación de racismo aparecía como la más chocante.
En su conversación de dos horas con la estrella de la televisión Oprah Winfrey, Meghan, de 39 años, y Enrique, de 36, afirmaron que un miembro de la familia -que no fueron ni la reina ni su esposo Felipe- se había mostrado «preocupado» por el color de piel de tendría su hijo Archie, ya que la madre de Meghan es negra.
Esta es la acusación más dañina para la monarquía, en un país sacudido con fuerza por el movimiento Black Lives Matter.
Espero que fuese «sólo una pregunta tonta», afirmó el martes el padre de Meghan, Thomas Markle, un premiado exdirector de iluminación estadounidense, de 76 años y afincado en la localidad mexicana de Rosarito.
«No creo que la familia real británica sea racista en absoluto», dijo en una entrevista con ITV pero admitió no conocer a ningún miembro de la realeza, ni siquiera a su yerno Enrique y su nieto Archie, de casi dos años.
Meghan se distanció de él antes de su boda en mayo de 2018, a la que Markle no pudo asistir por problemas de salud. Su hija dijo haberse sentido «traicionada» cuando descubrió que Thomas estaba alimentando a la prensa sensacionalista posando para los paparazzi en México y hablado sobre ella en entrevistas.
Desde entonces no se han vuelto a ver.
En febrero, la duquesa de Sussex ganó un juicio contra la empresa editora del diario Mail on Sunday, al que demandó por publicar extractos de una carta enviada a su padre en agosto de 2018, en la que le pedía que no saliera más en los medios.
– Los británicos, divididos por edades –
Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica y su partida a California, la pareja pintó en esta entrevista un sombrío retrato de la monarquía británica.
Con lágrimas en los ojos, Meghan dijo haberse sentido tan infeliz durante su vida en palacio que llegó a pensar en el suicidio.
Y aseguró que cuando dijo a la familia real que estaba sufriendo por la agresiva cobertura de los medios sensacionalistas británicos y necesitaba ayuda psicológica, le contestaron «que no sería bueno para la institución».
Los británicos se mostraron divididos ante estas acusaciones, principalmente en función de la edad.
Según un sondeo realizado a más de 4.600 personas por YouGov, el apoyo a los duques de Sussex es más fuerte entre los jóvenes de 18 a 24 años (48%) que entre los mayores de 65 (9%). Estos últimos están en un 55% a favor de la familia real, frente al 15% de los más jóvenes.
Asimismo, el 61% de los jóvenes consideró que Enrique y Meghan no recibieron un trato justo de la familia real, frente al 15% de los mayores de 65 años.
La entrevista fue mejor recibida en Estados Unidos, donde incluso la Casa Blanca saludó la «valentía» de Enrique y Meghan al «hablar de sus propias luchas con la salud mental y relatar su historia personal».
Fuente AFP