El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó este martes que su gobierno impugnará una ley promulgada por el gobernador de Texas (Estados Unidos) que criminaliza y permite detener a migrantes irregulares, una medida que desafía además la autoridad de Washington.
«Se está haciendo ya un trámite en (la secretaría de) Relaciones Exteriores para impugnar esta ley», dijo el mandatario mexicano en su habitual conferencia matinal. «De todas maneras vamos nosotros a intervenir», agregó.
La medida, dictada el lunes por el gobernador republicano Greg Abbott y que entra en vigor en marzo, otorga potestad a autoridades texanas de detener a los migrantes que carezcan de la documentación necesaria para ingresar al estado y, a los jueces, la de expulsarlos.
López Obrador recordó que la legislación sobre migración es facultad del gobierno federal estadounidense, reiterando la postura expresada la semana pasada por la Cancillería mexicana.
«Esas no son atribuciones de los estados, él (Abbott) está usurpando funciones y tiene que ver con política exterior y eso corresponde al Congreso y al presidente de Estados Unidos», subrayó el mandatario.
Aseguró además que defenderá a los migrantes mexicanos de los efectos de la normativa, la cual, sostuvo, tiene tinte político y electoral.
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«El gobernador de Texas actúa de esa forma porque quiere ser el candidato a vicepresidente del partido republicano en Estados Unidos y quiere con esas medidas ganar popularidad (…) Es algo inhumano, politiquero», dijo López Obrador.
Analistas estadounidenses prevén que la ley de Texas abrirá una larga batalla legal con el gobierno federal, que generalmente establece y aplica las leyes de inmigración, así como con organizaciones defensoras de los derechos humanos y civiles.
La crisis migratoria provoca fuertes tensiones entre los republicanos y los demócratas, que aumentan a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre.
El expresidente republicano Donald Trump, posible rival del actual mandatario demócrata Joe Biden en los comicios, declaró el pasado fin de semana que los migrantes «envenenan la sangre» de Estados Unidos.
Tanto Abbott como Trump son partidarios de levantar un muro a lo largo de la frontera con México y de expulsar masivamente a los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos que huyen de la violencia y la pobreza.
Sólo en octubre las autoridades estadounidenses interceptaron 240.988 veces a migrantes en situación irregular en la frontera con México, según datos oficiales. Fueron más de dos millones en lo que va de año.
AFP