El Museo de Arte de Berna, que heredó en 2014 la impresionante y controvertida colección de Cornelius Gurlitt, declaró el viernes renunciar a 38 obras robadas por los nazis o consideradas sospechosas.
El coleccionista germano-austríaco Cornelius Gurlitt, cuyo padre fue un comerciante de arte que sirvió al régimen hitleriano, falleció en mayo de 2014 y designó por testamento al museo suizo como único heredero, una decisión que «sorprendió» a la institución cultural.
En noviembre de 2014, el museo había decidido aceptar esta herencia, al tiempo que renunciaba a su derecho de propiedad para aquellas obras de arte que hubieran podido pertenecer a personas judías expoliadas por los nazis, de conformidad con un acuerdo alcanzado con Alemania.
Tras ello, el grupo de trabajo empezó a evaluar esas obras, un proceso en el que participaron expertos internacionales independientes.
Después de varios años de investigación sobre esta donación, que comprende alrededor de 1.600 obras, el museo de arte de Berna indicó el viernes que renunció a nueve «obras expoliadas bajo el régimen nacionalsocialista».
Dichas piezas fueron devueltas a sus propietarios por Alemania, según el Museo de Arte de Berna.
Por otra parte, el museo renuncia a «entrar en posesión de obras de procedencia incierta, pero que contengan indicaciones y/o circunstancias sospechosas, aunque falten pruebas de expoliación por los nazis», una decisión que afecta a 29 artículos.
De esas 29 obras, cinco lienzos ya fueron devueltos a Alemania, dos están sujetos a una solicitud de restitución y 22 permanecen en el museo para que se siga investigando su trayectoria.
En cambio, el museo decidió conservar 28 obras que, según el rastreo efectuado de su procedencia, no eran fruto del expolio nazi, así como otras 246 creadas por miembros de la familia Gurlitt.
El museo también conservará cerca de 1.100 obras de procedencia incierta, pero para las cuales «no existen pruebas de expoliación por los nazis ni circunstancias sospechosas».
Por último, el museo señala que alrededor de 270 obras fueron excluidas de la investigación «ya que se trata de obras de portafolios desmembrados y otras piezas realizadas en serie».
No fue hasta 2012 que el tesoro de Cornelius Gurlitt, muerto a los 81 años, fue descubierto durante una redada de la aduana en su departamento de Múnich (sur de Alemania) y durante otra realizada en otra vivienda suya, en Salzburgo, Austria.
La colección incluye lienzos de Renoir, Cézanne, Beckmann, Delacroix y Munch.
AFP