En medio del brote de coronavirus alrededor del mundo, los pacientes permanecen aislados y, sumado a eso, un sistema sanitario al borde del colapso.
Una mujer en Argentina, había fallecido a causa del COVID-19 y los médicos la declararon como fallecida. Posteriormente fue enterrada por su familia, pero en realidad los galenos tuvieron una pequeña equivocación: La abuela estaba viva en una clínica. Todavía se desconoce a quién le dieron sepultura.
El insólito caso provocó un verdadero estupor en la población, mientras aún buscan procesar el impacto que tienen por estas horas el incremento de los casos y fallecimientos.
Shirley Hernández, la nieta, a través de sus redes sociales fue quien solicitó compartir lo sucedido.
La joven contó que su abuela María Dora Garro llegó a la Clínica Santa María a comienzos de mes por un fuerte dolor de espalda, pero volvió a su casa por recomendación médica. Luego, el 7 de septiembre, sintió un fuerte dolor en el pecho por lo que regresó al centro médico, donde quedó internada, con un principio de neumonía.
“Desde ese día no pudimos volver a verla. El jueves 10 a la 1:30 recibimos el llamado con la noticia de que mi abuela había fallecido y en su acta de defunción dictaba ‘fallecida por covid-19’, entre otras. Con todo el dolor del alma, ese mismo día a las 3:30 la enterramos, sufriendo el trauma y el dolor de esa situación”, contó la joven.
No estaba muerta, estaba de parranda
El pasado sábado 15 de septiembre, sus familiares recibieron un llamado para decirles que la mujer estaba viva y que pedía ver a sus hijos.
“Por tal motivo, y con extrema urgencia, se dirigió mi tío a la clínica a reconocer si verdaderamente mi abuela estaba viva. Efectivamente, y a Dios gracias, mi abuela vive. ¿Cómo puede ser que esto suceda en una clínica? ¿Cómo puede ser que jueguen así con los sentimientos de una familia? ¿Esto es realmente una clínica seria?”, dijo Hernández.