Perú cerró el sábado por tiempo indefinido el ingreso a la ciudadela inca Machu Picchu alegando motivos de seguridad ante las protestas que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, que dejan ya 46 muertos.
«Se ha dispuesto el cierre a la red de caminos inca y a la llaqta (ciudadela) de Machu Picchu ante la coyuntura social y en salvaguarda de la integridad de los visitantes», informó el ministerio de Cultura y señaló que la medida regirá «hasta nuevo aviso».
El gobierno de Boluarte tomó esta decisión luego de que el servicio ferroviario desde la ciudad de Cusco hasta Machu Picchu se suspendiera por daños a la vía férrea presuntamente provocados por manifestantes.
Al menos 400 turistas quedaron varados en Aguas Calientes/MachuPicchu, el pueblo al pie de la montaña de la urbe de piedra incaica que es una joya turística de Perú.
El ferrocarril es el único medio de transporte a la ciudadela, ya que no existe vía de transito de vehículos que la conecte con Cusco, ubicada a 110 kilómetros.
Los turistas «no pueden salir porque la vía férrea ha sufrido daños en distintos puntos», dijo el viernes el ministro de Turismo, Luis Fernando Helguero.
Algunos, indicó, «optaron por caminar hasta Piscacucho pero eso toma seis horas y pocos pueden hacerlo».
AFP.