El presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió este martes sobre la «conflictividad» entre indígenas y negros por la propiedad de la tierra en una región azucarera del suroeste del país.
«El movimiento indígena quiere tierra» en una zona del departamento del Cauca, que «pareciera ser propiedad de los azucareros, que son grandes empresas capitalistas» y que a su vez la arriendan a poblaciones negras, explicó el mandatario al inicio de un encuentro con pueblos originarios en Bogotá.
«Y ahí estalla el conflicto. El movimiento indígena, tras la propiedad, cree que lucha contra el capital y resulta que se estrella contra (…) el pueblo afro», alertó en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
El domingo Petro asumió el poder con el apoyo del movimiento indígena, entre otras fuerzas, y la promesa de llevar a cabo una reforma agraria que redistribuya las tierras fértiles improductivas para impulsar la producción de alimentos.
En el norte del Cauca miles de hectáreas productivas están en el centro de una disputa de décadas entre empresarios, indígenas y negros.
Al mismo tiempo ese departamento es uno de los más castigados por la violencia de los grupos que siguieron en armas tras el acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla de las FARC, convertida en partido político.
Los indígenas suelen ocupar por la fuerza los predios de caña alegando que son tierras ancestrales. La última toma ocurrió el 23 de julio y desató choques que no dejaron víctimas.
Petro advirtió sobre un aumento de la «conflictividad interétnica» y aseguró que su solución «no es fácil».
Este martes el presidente se comprometió a «no cooptar el movimiento indígena», que representa al 4,4% de los 50 millones de habitantes, pero les recordó que deben «asumir» la nueva «tarea» de «gobernar son solo para sí mismos sino para toda la sociedad».
El nuevo gobierno ha nombrado a indígenas al frente de la representación de Colombia ante la ONU, la Unidad de Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras.
AFP.