El aumento de los nacimientos en septiembre y octubre demuestran que el momento con más sexo del año, ocurre durante el invierno.
El 16 de septiembre es el día en el que se celebran más cumpleaños en todo el mundo. Esta tendencia –que se alarga durante todo septiembre y octubre– demuestra una cosa: los meses más fríos no sólo son sinónimo de festividades y tiempo libre, también de más sexo o al menos, más fertilidad.
El patrón se repite en México: según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), septiembre y octubre son los meses que registran más nacimientos en todo el año.
Esto significa que tras nueve meses de gestación, diciembre y enero son particularmente activos cuando se trata del sexo y la reproducción, pero… ¿a qué se debe este fenómeno?
En el mundo animal, lo más común es que la mayoría de especies sincronicen sus temporadas de apareamiento con el momento del año que otorgue las condiciones más aptas para la supervivencia de sus crías.
No es casualidad que la primavera y el comienzo del verano, cuando el clima es más cálido y los paisajes reverdecen, sea el momento favorito de la naturaleza para multiplicar la vida, , según el portal Muy Interesante
No obstante, en el caso de los humanos, los factores sociales parecen jugar un rol más importante que los instintos.
Una investigación de 2008 que intentaba descubrir si la atracción física de los hombres hacia el cuerpo femenino atravesaba algún cambio a lo largo del año encontró lo que hoy se conoce como el ‘efecto de contraste’:
Para sorpresa de los investigadores, los resultados revelaron que los hombres encuentran más atractivo el cuerpo de sus parejas durante el invierno, cuando las temperaturas son más frías y cuando la piel está menos expuesta.
Este fenómeno podría relacionarse con tener más sexo en esos meses. Aunque aún no está del todo claro la razón detrás, este patrón coincide con la alta cifra de nacimientos en septiembre y octubre.
Otras investigaciones han intentado encontrar la causa a nivel microscópico: un estudio elaborado en 2013 que analizó más de 6 mil muestras de semen humano a lo largo de tres años, encontró que los espermatozoides con más movilidad y menos mutaciones (es decir, más saludables y con mejor probabilidad de fecundar el óvulo) aparecían durante el invierno.
Y aunque estas explicaciones parecen plausibles, aún no existe evidencia científica suficiente para demostrar algún mecanismo para demostrar si los espermatozoides realmente se ven favorecidos en esta época del año.
En el otro extremo, algunos científicos consideran que esta correlación también podría explicarse en términos sociales más sencillos: Entre festividades, vacaciones y otros eventos, tanto el invierno como el verano son las estaciones en las que tenemos más tiempo libre para socializar y por lo tanto, la disposición y los momentos para tener más sexo pueden multiplicarse durante esta época del año.