El presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció este viernes que Rusia destina una “parte bastante alta” de su PIB —un 6,3 %— al sector defensa, cifra que calificó como uno de los factores responsables del repunte inflacionario en el país.
Durante una rueda de prensa celebrada en Minsk, el mandatario dejó abierta la posibilidad de recortar progresivamente ese gasto en los próximos tres años, aunque subrayó que el Ejecutivo aún no ha alcanzado un consenso definitivo al respecto. “Es mucho, y es uno de los problemas que debemos resolver. Lo estamos haciendo con dignidad”, afirmó.
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Actualmente, Moscú invierte unos 13,5 billones de rublos (equivalente a 147.000 millones de euros) en defensa, en un contexto marcado por la persistente guerra en Ucrania. Sin embargo, Rusia enfrenta una desaceleración económica, la caída de ingresos energéticos y un banco central que busca contener la inflación.
El Ministerio de Finanzas elevó su previsión de déficit presupuestario para 2025 del 0,5 % al 1,7 % del PIB, lo que obligará al Kremlin a recurrir a sus reservas fiscales para sostener el equilibrio económico. El nuevo proyecto de presupuesto se presentará en otoño.
Putin contrastó su postura con la de los países europeos y la OTAN, que han optado por incrementar el gasto militar. Esta semana, los miembros de la Alianza Atlántica acordaron elevar sus presupuestos de defensa hasta un 5 % del PIB en la próxima década, mientras la Unión Europea pidió a la Comisión diseñar una hoja de ruta de seguridad hasta 2030.
En ese marco, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se distanció de la tendencia regional y ratificó que España mantendrá su inversión en defensa en un 2,1 % del PIB, cifra que considera suficiente para cumplir los compromisos establecidos.
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Un análisis de The Economist advierte que el incremento global del gasto militar —como el de Israel con más del 8 % del PIB en 2024, o el previsto de Japón— podría impactar de forma significativa en las finanzas públicas y la estructura económica de varias naciones.