Este 8 de mayo se prevé que el cohete chino Long March 5B, de más de 20 toneladas, regrese a la Tierra. La trayectoria del artefacto, que autoridades de Estados Unidos han descrito como «fuera de control», genera expectativa, en especial por el lugar exacto en el que puedan caer sus escombro.
Se trata también de un evento común desde que inició la carrera espacial. Cada año se registran varios casos de desechos espaciales que entran a la atmósfera terrestre e impactan contra la superficie, sin que esto implique cierto peligro.
Esto se debe a que al entrar a la atmósfera a una gran velocidad generalmente se incendian y desintegran en el cielo, por lo que al tocar la tierra suelen tener un tamaño muy reducido, sin generar daños.
Pese a ello, hay veces en las que la basura espacial puede ser una amenaza. El caso del objeto más grande registrado fue también de una nave china. Con un peso de 20 toneladas, pasó por encima de ciudades como Los Ángeles y Nueva York antes de caer al Océano Atlántico.
Aunque no causó daños, lo anterior demuestra que es posible que ocurran. En el caso del cohete que llegará a la Tierra el próximo sábado, esa es la preocupación, debido a su gran tamaño y a que todavía no se ha podido establecer el lugar en el que entrará en la atmósfera.
Sin embargo, de acuerdo con medios chinos, los restos pueden caer en mar abierto, sin riesgo para la población.
Analistas espaciales chinos citados por Global Times -medio propiedad del Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista Chino- explica que los escombros de los lanzamientos de cohetes que caen de regreso a la Tierra son comunes en el campo aeroespacial «y la afirmación del Pentágono de que los restos del cohete están volando de regreso fuera de control y pueden causar daños si impactan en áreas habitadas no es más que la exageración occidental de la ‘amenaza de China’ en el avance de la tecnología espacial».
Wang Ya’nan, editor en jefe de la revista Aerospace Knowledge, agregó que las autoridades espaciales de China consideraron cuidadosamente el desarrollo de la caída de escombros de cohetes desde la fase inicial de diseño del cohete hasta la elección del lugar de lanzamiento, la actitud de despegue del cohete y su trayectoria.
«La mayoría de los escombros se quemarán durante el reingreso a la atmósfera de la Tierra, dejando solo una porción muy pequeña que puede caer al suelo, que potencialmente aterrizará en áreas alejadas de las actividades humanas o en el océano», dijo Wang al Global Times el miércoles.
Como el vehículo de lanzamiento de China está hecho principalmente de materiales livianos, la mayor parte se quemará fácilmente con el aire denso en la atmósfera después de su reentrada a alta velocidad, explicaron los expertos del espacio.
Song señaló que la red de monitoreo espacial de China también vigilará de cerca las áreas cubiertas por el curso de vuelo del cohete y tomará las medidas necesarias si se produce algún daño a los barcos que pasan.
Por otro lado, Estados Unidos aseguró este jueves que no tiene planes de derribar el cohete. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, señaló al respecto que «tenemos la capacidad de hacer muchas cosas, pero no tenemos un plan para derribarlo en este momento».