Al día siguiente del naufragio de su buque insignia en el mar Negro, Rusia prometió el viernes intensificar sus bombardeos contra Kyiv, y el primero de ellos fue contra una fábrica de misiles Neptune, con los que los ucranianos dicen haber hundido el «Moskva».
Un funcionario del Departamento de Defensa estadounidense afirmó que el crucero ruso, de 186 metros de eslora, fue alcanzado por dos misiles ucranianos y lo calificó de «gran golpe» para Rusia.
Rusia había dicho hasta ahora que el «Moskva» quedó dañado el miércoles por un incendio tras la explosión de sus propias municiones y que la tripulación – unos 500 hombres según las fuentes disponibles- había sido evacuada.
Unas afirmaciones que desmintió una oficial militar ucraniana. «Observamos cómo los barcos intentaban ayudar, pero incluso las fuerzas de la naturaleza estaban del lado de Ucrania», ya que «una tormenta impidió el rescate del barco y la evacuación de la tripulación», dijo Natalia Gumeniuk, portavoz del mando militar del sur de Ucrania.
«Somos perfectamente conscientes de que no nos lo perdonarán», añadió, refiriéndose a Rusia y a posibles nuevos ataques.
La pérdida del «Moskva» es un duro golpe para Rusia porque «aseguraba la cobertura aérea de otras naves durante sus operaciones, especialmente para el bombardeo de la costa y las maniobras de desembarco», explicó el portavoz de la administración militar de Odesa, Serguéi Bratchuk.
AFP.