Se espera que cerca de 20 nuevas ondas tropicales se acerquen a Venezuela en las próximas semanas, aproximadamente hasta mediados de noviembre, según expertos en meteorología.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH) comunicó este miércoles que la onda tropical número 45 de la temporada se encontraba al noroeste del Esequibo, es decir, en el extremo este de Venezuela, muy cerca de los estados orientales.
También, el organismo del gobierno venezolano precisó que la onda tropical 46 avanzaba por el océano Atlántico central “con baja presión” y que la 47 se había formado al oeste de Cabo Verde, en África, de donde suelen provenir ese tipo de fenómenos climáticos.
La última onda tropical que ha llegado a Venezuela, la 45, “estará muy activa” en las próximas horas debido a una “inestabilidad atmosférica” existente, pero no provocará “acumulados pluviométricos” (mucha acumulación de agua por metro cuadrado) como ocurrió en los últimos días en estados como Aragua, detalla a la Voz de América Wilder Domínguez León, director de Meteorología y Oceanografía de la Organización Nacional de Salvamento y Seguridad Marítima de los espacios Acuáticos de Venezuela (ONSA).
El especialista explica que el promedio anual es de 60 ondas tropicales y al menos 50 de ellas suelen pasar por el territorio continental, es decir, por suelo venezolano. Estos fenómenos pueden producir lluvias significativas, actividades de tormenta eléctrica y vientos de hasta 50 kilómetros por hora, según comenta Domínguez León.
Las próximas “se estarían formando hasta mediados de noviembre”, es decir, durante los próximos 30 días, de acuerdo con la previsión de los expertos del ONSA Venezuela.
Ingrediente de ciclones
Maduro manifestó la noche del martes que el país debe seguir en alerta ante la llegada de al menos 20 ondas tropicales más. Según su gobierno, estas ondas han causado chaparrones, aludes, derrumbes y la muerte de decenas de personas en varias regiones.
En Aragua, a 70 kilómetros de distancia del Distrito Capital, en el centro de Venezuela, los chubascos provocaron hace más de diez días un deslave en el sector de Las Tejerías que destruyó centenares de viviendas y locales, así como causó los fallecimientos de 54 personas. De acuerdo con el último reporte de las autoridades, siguen desaparecidas ocho personas.
Este lunes, otro sector de esa región central, El Castaño, se vio afectado por un alud ocurrido luego de varias horas de fuertes precipitaciones, que afectó casas y arrastró múltiples vehículos. Según el balance oficial, tres personas fallecieron en esa comunidad.
En Mérida, en Los Andes, se reportaron cinco municipios afectados por las lluvias, así como 40 viviendas, seis comercios y 12 vehículos, dijo su gobernador, Jehyson Guzmán.
Maduro también atribuyó las fuertes lluvias de los últimos días a los efectos del cambio climático y, específicamente, al calentamiento de las aguas del Mar Caribe.
Domínguez León da la razón al mandatario venezolano en ese punto. “Efectivamente, el Mar Caribe tiene aguas con temperaturas de hasta 30 grados centígrados y esto permite una mayor evaporación de agua”, comenta el oficial en conversación con la VOA.
Estas condiciones de las aguas caribeñas son “uno de los ingredientes” que favorecen que las ondas tropicales evolucionan hacia ciclones tropicales, indica.
“Es por lo que las ondas tropicales recientes han tenido protagonismo, ya que han sido muy fuertes, incluso al punto de ser depresión tropical, tal como pasó con Julia, que se desarrolló como depresión justo antes de tocar la Península de Paraguaná”, en el norte occidental de Venezuela, a 500 kilómetros de la capital del país, subraya.
Julia llegó a ser un huracán de categoría 1 al salir de Venezuela y Colombia, el 8 de octubre, impactando a naciones de Centroamérica, como Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
El INAMEH informó este miércoles que no se espera la formación de ciclones tropicales en los próximos días, según su diagnóstico de las perspectivas del Atlántico Norte.
VOA