Ucrania recogía a sus muertos en la guerra y recopilaba pruebas de las atrocidades rusas en las ruinas de las afueras de Kyiv, mientras ambos países se preparaban para lo que podría ser una batalla culminante de las fuerzas del Kremlin para tratar de apoderarse del este industrial de Ucrania.
Mientras Estados Unidos y sus aliados occidentales se movilizaban para imponer nuevas sanciones contra Moscú en represalia por lo que calificaron de crímenes de guerra, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski dijo que las fuerzas rusas intentaban penetrar en las profundidades del este de Ucrania, pero que el ejército ucraniano las estaba conteniendo.
“Se está decidiendo el destino de nuestra tierra y de nuestra gente. Sabemos por lo que estamos luchando y haremos todo lo posible para ganar”, declaró Zelenskyy.
Las autoridades ucranianas han intensificado sus llamados a los civiles para que se dirijan al oeste, luego de evacuar las ciudades cercanas a la línea del frente antes de la anticipada ofensiva rusa, y algunos servicios esenciales se estaban suspendiendo. Las autoridades locales de Sloviansk dijeron que estaban cerrando las operaciones postales y de pensiones, así como las sucursales bancarias.
En las silenciosas calles de Bucha y otras ciudades en ruinas que rodean la capital de Ucrania, que las tropas rusas abandonaron recientemente, los investigadores recogían pruebas que documentan lo que parece haber sido una matanza generalizada de civiles y otros supuestos crímenes de guerra. Algunos cadáveres tenían indicios de haber recibido disparos a quemarropa. Otros tenían las manos atadas o la carne quemada. Los especialistas también desminaban las ciudades devastadas cerca de Kiev.
En un cementerio en Bucha, los trabajadores comenzaban a cargar en un camión más de 60 cuerpos aparentemente recolectados durante el último día para transportarlos a una instalación para ser sometidos a una mayor investigación.
Más detalles en VOA.