Oficialmente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es el candidato del Partido Republicano de cara a las reelección del próximo 3 de noviembre.
Este jueves, Trump ofreció su discurso de cierre a la Convención del Partido Republicano y prometió una vacuna para la COVID-19, más seguridad, menos censura y una bajada de impuestos, en caso de ser reelegido.
“Mis conciudadanos estadounidenses esta noche, con un corazón henchido de gratitud y un optimismo sin límites, acepto esta nominación para presidente de Estados Unidos”, dijo Trump al aceptar la candidatura desde los jardines de la Casa Blanca, ante una audiencia de cientos de personas que -en su gran mayoría- no llevaba mascarilla ni respetaba las distancias.
Lejos de amilanarse por las críticas vertidas por la oposición protagonizar un acto de campaña en la residencia presidencial, algo nunca visto y que ha despertado dudas sobre si se trata de una decisión ética, o incluso legal, el presidente se mostró orgulloso del escenario elegido.
«El hecho es que yo estoy aquí. Lo diré de manera diferente, el hecho es que estamos aquí y ellos no», afirmó con una sonrisa en los labios que fue recibida con una cerrada ovación. «Para mí este es uno de los edificios más bonitos del mundo. No es un edificio, por lo que a mí respecta, es un hogar».
El mandatario abordó el impacto de la pandemia en Estados Unidos y, sin mencionar el número de víctimas ni el impacto que ha tenido en la economía, con una caída de la tasa anualizada del 31,7% según datos oficiales divulgados este mismo jueves, se congratuló por las diversas medidas adoptadas por su Administración y se comprometió a producir una vacuna antes de año.
“En estos últimos meses nuestra nación y todo el planeta ha sido golpeado por un nuevo y poderoso enemigo invisible. Como los valientes estadounidenses que nos precedieron, estamos a la altura del reto. Estamos logrando terapias que salvan vidas y produciremos una vacuna antes de que acabe el año, o incluso antes”, afirmó.
Trump aseguró que su Administración se guía por argumentos científicos e insistió en que, si se adoptan las precauciones necesarias para proteger a los más vulnerables, todos los estados deberían reabrir ya sus negocios y escuelas, en contraste con su oponente Joe Biden, quien ha dicho que, en caso de que los expertos lo recomienden, estaría dispuesto a contemplar un nuevo cierre.
“El coste del cierre de Biden se traduciría en un aumento de las sobredosis de drogas, depresiones, alcoholismo, suicidios, ataques al corazón, devastación económica, pérdida de empleos y mucho más. El plan de Joe Biden no es una solución al virus, sino una rendición al virus”, argumentó Trump.
Críticas a la oposición
Trump dedicó buena parte de su discurso a criticar al demócrata, a quien incluyó en esa «clase política» que no le perdonará «nunca» el haberse saltado una de sus reglas básicas: «Yo mantuve mis promesas».
Para atacar a Biden, y al Partido Demócrata en general, Trump se vio obligado a esbozar un panorama muy oscuro en Estados Unidos, marcado por la censura y la violencia en las calles, de las ciudades demócratas.
«Vuestro voto decidirá si protegemos a los ciudadanos respetuosos de la ley o si dejamos que anarquistas violentos, agitadores y criminales campen a sus anchas», dijo en referencia a la oleada de protestas que sacudió al país a raíz de la muerte, en mayo, del afroestadounidense George Floyd cuando se encontraba bajo custodia policial y que en los últimos días se han avivado por la muerte del también afrodescendiente Jacob Blake.
Con información de VOA