Francia dará pasos agigantados hacia la normalidad esta semana, con el fin de la obligatoriedad de usar mascarilla al aire libre desde el jueves y el levantamiento del toque de queda el domingo anunciados por el gobierno.
Estas decisiones, anunciadas a cuatro días de elecciones regionales que se anuncian difíciles para el gobierno, se tomaron porque la situación sanitaria «mejora más rápido de lo que habíamos previsto», justificó este miércoles el primer ministro Jean Castex tras una reunión del Consejo de Defensa y del consejo de ministros.
El país de 67,1 millones de habitantes registró el martes 3.200 nuevos casos de covid-19, el nivel más bajo desde agosto de 2020, y cuenta con al menos 30,7 millones de personas con una dosis y 16,7 millones de ellas ya completamente inmunizados.
«Es normal que ajustemos nuestras medidas», indicó el primer ministro francés.
Así, a partir del jueves, el uso de la mascarilla no será obligatorio al aire libre, salvo en circunstancias concretas como encuentros entre mucha gente, lugares muy concurridos o estadios.
En espacios cerrados, por contra, se mantendrá en vigor su obligatoriedad en comercios, oficinas, transportes, etc.
Además, el domingo, se levantará después de ocho meses el toque de queda, que actualmente estaba fijado a las 23H00 pero que en las épocas más cruentas de la epidemia se llegó a establecer a las 18H00.
El fin de esta medida estaba previsto para el 30 de junio pero se adelantó por la buena situación epidemiológica, indicó Castex.
Francia era uno de los últimos países europeos con Italia y Grecia en mantener este toque de queda, cada vez más discutido y menos respetado como se vio el martes por la noche durante las celebraciones por la victoria de Francia contra Alemania en la Eurocopa de fútbol.
También se cuestionaba la obligatoriedad general de llevar mascarilla.
Numerosos expertos aseguraban que esta medida no tiene «mucho interés» en luchar eficazmente contra el virus, dijo el epidemiólogo Antoine Flahault, que insiste en la importancia del lavado de manos o la distancia social.
Bélgica ya había levantado esta imposición y otros países como Alemania y España estudian hacerlo progresivamente.
Al anunciar las medidas, Castex defendió la estrategia de salida de la crisis anunciada a finales de abril y que «algunos consideraban demasiado rápida y no suficientemente prudente».
También celebró que los contagios hayan bajado a 3.200 casos de media en siete días y que menos de 2.000 personas estén ingresadas en cuidados intensivos.
Esta mejora se explica, según él, por «la movilización de los franceses» pero también por el «éxito de la campaña de vacunación», dijo el primer ministro, quien fijó como objetivo que 35 millones de personas estén completamente vacunadas para finales de agosto, el doble que ahora.
Con información de AFP