El ciclón Dovi causó apagones, aludes y evacuaciones el domingo en Nueva Zelanda, pero no logró desalojar a los manifestantes antivacunas acampados fuera del Parlamento.
Por el contrario, cientos de manifestantes inspirados en el «Convoy de la libertad» de Canadá, danzaron en el lodo al son de las canciones del estadounidense Barry Manilow con las que las autoridades intentaron forzar su salida.
El viceprimer ministro, Grant Robertson, dijo a Television New Zealand que hay un «elemento triste» en la protesta, la cual entró el domingo en su sexto día.
«Todo neozelandés tiene el derecho de protestar pacíficamente, el problema es que han ido mucho más allá de eso», comentó.
«Encuentro que la retórica de estas protestas es preocupante… hay un elemento triste, hay un elemento de teoría conspirativa que ha absorbido a la gente», señaló.
Al igual que los camioneros canadienses en Ottawa, los manifestantes neozelandeses objetan las severas restricciones sanitarias y piden eliminar la vacunación obligatoria.
La policía detuvo el jueves a 122 personas en un intento de terminar la protesta, pero más bien reforzó la determinación de los manifestantes.
La policía dejó de hacer arrestos y más bien intentaron someterlos al abrir las regaderas del jardín.
Con ello solo lograron convertir en un lodazal el jardín de la sede parlamentaria antes de la llegada del ciclón Dovi.
El superintendente Scott Fraser dijo que la policía continúa «explorando opciones para resolver» el tema, mientras que el líder parlamentario Trevor Mallard disparó a los manifestantes música de Barry Manilow, «La Macarena» y mensajes gubernamentales sobre el covid-19.
El cantante británico James Blunt terció en la estrategia por Twitter, al decirle a la policía neozelandesa «avísenme si esto no funciona».
Para la tarde del domingo, la canción «You’re beautiful», de Blunt, fue agregada al «playlist».
Los manifestantes asfixiaron la música del gobierno con sus propios favoritos, como «We’re not gonna take it» de la banda de heavy metal Twisted Sister.
Entre tanto, vientos de hasta 130 kilómetros por hora azotaron a Wellington y otras partes de Nueva Zelanda, por lo que la policía pidió a la población evitar traslados innecesarios y muchas carreteras se vieron bloqueadas por deslizamientos o inundaciones.
AFP.