La paralización de la economía boliviana debido a los confinamientos por la emergencia del coronavirus ha ocasionado el cierre de empresas y la pérdida de empleos, obligando a muchos a buscar nuevas formas de sobrevivencia.
Este es el caso de Juan Carlos Mejía, quien después de perder su trabajo y cerrar un negocio de diseño de interiores que tenía junto a su esposa, intenta reactivarse con la venta de productos de bioseguridad.
“Tengo un crédito bancario y hay cosas por pagar. Ahora ha sido un cambio muy fuerte lo que ha pasado en mi familia, hemos tenido que buscar una manera de subsistir porque el trabajo no es eterno”, relató.
Mejía está concentrando todo su esfuerzo de venta por internet y a través de las redes sociales, ya que, por las restricciones de la cuarentena y el pico alto de contagios en el país, es la opción más recomendada.
“Como no podemos vender en la calle ni nada, todo lo hacemos desde la casa. Estamos a la espera de que el cliente web pueda recibir de nuestro producto”.
La semana pasada, el gobierno interino presentó el “Crédito 1,2,3”, como una estrategia para reactivar el aparato productivo del país, según explicó la presidenta interina Jeanine Áñez.
“Cuando se pone dinero en manos de la gente o de las micro y pequeñas empresas lo que ocurre es que la gente o las microempresas empiezan a consumir (…) Es un crédito para todos y se dará en todo el país. Lo pueden pedir personas particulares y también empresas”.
Tras más de 100 días de cuarentena en el país, representantes del sector aseguran que unas 120.000 unidades productivas entre pequeñas y medianas empresas formales e informales se han visto afectadas por la pandemia y actualmente se trabaja en el mejor de los casos a una capacidad del 20%.
Bolivia acumula 60.991 infectados de coronavirus y 2.218 muertos, según cifras de la Universidad Johns Hopkins. La cantidad ha casi duplicado el total a fines de junio, cuando cerró el mes con 33.219 casos y 1.123 muertes.
Con información de Voanoticias.com