Para frenar la rápida propagación de la variante ómicron, los británicos volvieron al teletrabajo a partir del lunes, mientras el gobierno emprendía una carrera contrarreloj para administrar el mayor número posible de vacunas de refuerzo antes de que acabe el año.
El ejecutivo de Boris Johnson se ha propuesto la titánica misión de haber ofrecido una tercera dosis a todos los adultos del país antes del 31 de diciembre.
Estos implica casi un millón de inyecciones diarias, para lo que se han abierto más centros de vacunación, durante más horas al día y con la ayuda del ejército.
Sin embargo la página web del gobierno que permite pedir cita para ser vacunado se colapsó el domingo por la noche, tras un discurso a la nación de Johnson y el lunes seguía con problemas.
En el mismo servicio también se informaba de que se han agotado los test de antígenos que la sanidad pública inglesa distribuye gratuitamente y que ahora deberán hacer a diario quienes sean contacto cercano de un infectado con ómicron.
– Teletrabajo y pasaportes sanitarios –
De 66 millones de habitantes, el Reino Unido, que con más de 146.000 muertos es uno de los países de Europa más afectados por la pandemia, ya había decretado la semana pasada medidas de precaución como el uso de mascarillas en casi todos los lugares cerrados y el teletrabajo, que entró en vigor este lunes.
No obstante, a primera hora de la mañana el tráfico era intenso en zonas de oficinas como la City de Londres, comprobó un periodista de la AFP, y muchos autobuses circulaban abarrotados, haciendo pensar que la medida no se aplicaba todavía de modo general.
A partir de esta semana, también se exigirán pasaportes sanitarios en lugares masificados como clubes nocturnos y estadios de fútbol.
Estas medidas han enfurecido a algunos diputados del Partido Conservador de Johnson, que el martes amenazan con una gran rebelión cuando el Parlamento vote las nuevas medidas que, sin embargo, tienen la aprobación garantizada gracias al apoyo del opositor Partido Laborista.
Sería un nuevo duro revés para el primer ministro, muy debilitado por una serie de escándalos relacionados con supuestas fiestas celebradas en Downing Street el pasado invierno, cuando estaban prohibidas por la pandemia y los británicos se vieron privados de reuniones familiares navideñas.
– Rápida propagación –
En su discurso del domingo, Johnson subrayó la «fuerte oleada» de la nueva variante del coronavirus que se propaga como la pólvora por el Reino Unido, y adelantó un mes el objetivo de proporcionar terceras dosis a todos los mayores de 18 años.
El ómicron se está «extendiendo a un ritmo extraordinario, que nunca habíamos visto antes», afirmó el lunes el ministro de Sanidad Sajid Javid al canal Sky News, precisando que el número de casos se duplica cada dos o tres día.
«Nuestra estrategia ha sido ganar tiempo para evaluarlo y construir nuestras defensas» para evitar que los hospitales se vean desbordados, explicó.
Debido a este rápido aumento de los contagios, el nivel de alerta por el covid-19 se elevó el domingo de tres a cuatro, el segundo más alto en una escala de cinco, lo que indica que «la transmisión es alta» y la presión sobre la sanidad «significativa o creciente».
Unos 15 días después de su aparición en el país, se han registrado ya en el Reino Unido 3.137 casos de ómicron, pero se cree que el número real es muy superior y el gobierno prevé que se convierta en la variante dominante en pocos días.
Según Javid, ya representa el 40% de las infecciones en Londres.
AFP