Al menos 25 personas, entre ellas un policía, murieron este jueves en una operación contra el tráfico de drogas en una favela Rio de Janeiro, informaron fuentes policiales citadas por medios brasileños y periodistas de la AFP.
Según investigadores del área, de confirmarse el saldo de muertos se trata de la incursión policial más letal en la historia de Rio.
Fuertes contingentes policiales se desplegaron desde el amanecer en la favela Jacarezinho (en la zona norte de la ciudad), que se transformó en un campo de batalla.
Los habitantes relataron intensos tiroteos, con helicópteros que sobrevolaban las casas, personas muertas en terrazas y callejuelas y cuerpos cargados en un camión blindado de la policía, confió a la AFP un líder comunitario que pidió no ser identificado por razones de seguridad.
La operación se desencadenó en el marco de una investigación sobre una banda que reclutaba niños y adolescentes para el tráfico de drogas, robos, secuestros y asesinatos, informó la Policía Civil, que no comunicó de inmediato un balance oficial de muertos.
– Operación más letal –
«Si pensamos en masacres con participación de policías fuera de servicio (operaciones ilegales de venganza), las de Vigario Geral en 1993 (22 muertos) y la de la Baixada en 2005 (31 muertos)» se le asemejan, dijo a la AFP Silvia Ramos, responsable del Observatorio de Seguridad del Centro de Estudios de Ciudadanía y Seguridad (Cesec) de la Universidad Candido Mendes.
«Pero en operaciones legales, la de Jacarezinho batió todos los records», agregó.
Jacarezinho es considerada una base del Comando Vermelho (Comando Rojo), la principal organización narcotraficante de Rio.
Fotos que circulaban entre vecinos por las redes sociales mostraban cadáveres en diversos lugares del barrio.
A medida que el tiroteo cesaba, los atemorizados residentes trataban de ir al trabajo y reanudar sus actividades, informó un fotógrafo de la AFP.
Dos pasajeros de metro, que en esa parte de la ciudad circula en la superficie, resultaron heridos y recibieron atención médica en el andén, mostró la televisión local.
Miembros de oenegés defensoras de los derechos humanos acudieron a la favela y inspeccionaron junto a los vecinos las casas que fueron invadidas durante la acción policial, algunas con rastros de sangre y destrucción.
La operación se llevó a cabo a pesar de un fallo de la corte suprema que impide a la policía hacer redadas en los barrios periféricos mientras dure la pandemia de coronavirus, salvo en «circunstancias absolutamente excepcionales».
«La policía sigue matando y diciendo que [las personas abatidas] son sospechosos de cometer delitos», sin presentar pruebas, afirmó Ramos.
«¿Hasta cuándo la policía va a entrar a las favelas, dejar cuerpos en el suelo e irse, mientras los grupos armados se fortalecen aún más? ¿Cuál es el objetivo?», cuestionó.