La quinta caravana de migrantes que partió la mañana del jueves desde la ciudad mexicana de Tapachula, fronteriza con Guatemala, apenas logró avanzar unos 16 kilómetros, en unas seis horas hasta la comunidad de Álvaro Obregón, donde fue disuelta por autoridades mexicanas.
Este grupo de unas 200 personas, segundo formado en días consecutivos, se encontró con un despliegue de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y con equipos antimotines de la Guardia Nacional (GN), quienes frenaron su avance sobre la carretera que se ubica paralela a la costa de Chiapas.
«¡Queremos visas, queremos visas!» fue la consigan y petición que manifestaron los extranjeros conforme se acercaron a las fuerzas federales que les pidieron que detuvieran su avance.
Esta caravana de migrantes estaba conformada en su mayoría por mujeres, niños y hombres solos que aceptaron el diálogo y entregarse a las autoridades del INM, para posteriormente ser trasladados a la aduana de Cerro Gordo, donde existen ventanillas para la expedición de tarjetas por razones humanitarias.
Una mujer migrante centroamericana que fue liberada de la estación migratoria Siglo 21, estancia temporal para migrantes no regulares, y quien se unió a esta caravana pidió a las autoridades que les resuelvan su situación migratoria, porque, dijo, «no tienen recursos para pagar hoteles, ni comprar alimentos».
En tanto, otra migrante de Venezuela indicó que en la estación migratoria no los atendieron, sin embargo, dijo que prefirieron actuar de manera pacífica y decidieron caminar por la carretera costera en busca de atención.
Tras la disolución de la caravana, la delegada del INM en Tapachula, Paola López, dijo a los migrantes que las autoridades estaban en la mayor disposición de llevar vehículos de la institución para trasladarlos al municipio de Huixtla, a la aduana de Cerro Gordo.
Los 200 extranjeros, de diversos países, salieron este jueves en caravana para impulsar su regularización por razones humanitarias y continuar su ruta hacia Estados Unidos.
Esta fue la quinta caravana que se forma en lo que va de año en Tapachula de personas originarias de países como Venezuela, El Salvador, República Dominicana, Colombia, Honduras, Guatemala, Haití, Nicaragua y Cuba.
Este nuevo grupo de personas caminó sin que se registraran actos de violencia, a diferencia de las dos primeras caravanas del año, en la que se enfrentaron migrantes y autoridades.