Distintas agencias de seguridad de Estados Unidos han advertido que las tensiones que se viven en el país, a raíz de las movilizaciones sociales y con motivo de los comicios presidenciales, podrían derivar en un incremento del extremismo interno.
Memorandos del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y del Departamento de Seguridad Nacional indican que las amenazas o los ataques de extremistas, dentro de Estados Unidos, podrían dirigirse a entidades gubernamentales u objetivos relacionados con las votaciones.
Hasta hace poco, las advertencias eran un material para el consumo interno de las distintas agencias. Sin embargo, la semana pasada, Jared Maples, director de la Oficina de Seguridad y Preparación Nacional de Nueva Jersey, reconoció que Estados Unidos vive un contexto de agitación política y social, que se ha convertido en un “brebaje de burbujas”.
Durante los últimos meses, los estadounidenses han sido protagonistas de violentas manifestaciones contra el racismo y contra la violencia policial. Esas protestas se han desarrollado en medio de una pandemia, que ha colapsado el sistema de salud y ha mermado la economía del país.
A ese ambiente de por sí explosivo, se le suma la confrontación política propia de la carrera hacia la Casa Blanca.