Tras ocho semanas de audiencias, el juicio por el accidente del vuelo Río-París contra el fabricante Airbus y la aerolínea Air France encara este miércoles su recta final con los alegatos finales del ministerio público francés.
El 1 de junio de 2009, el avión AF447 se precipitó al océano Atlántico, casi cuatro horas después de despegar de Río de Janeiro. Sus 216 pasajeros y 12 miembros de la tripulación perdieron la vida en esta tragedia.
«Su tribunal tendrá que hacer aflorar la verdad, la verdad de la justicia, que tendrá que hacer emerger o no la responsabilidad penal de Air France y Airbus», declaró la fiscal Marie Duffourc en una abarrotada sala del Tribunal Correccional de París.
Aunque los jueces de instrucción sobreseyeron el caso en 2019, los familiares de las víctimas y los sindicatos de pilotos recurrieron y, en mayo de 2021, la justicia envió a juicio a ambas empresas por homicidios involuntarios.
El segundo fiscal, Pierre Arnaudin, detalló los «factores que contribuyeron» al accidente, con el fin de determinar si Airbus y Air France cometieron errores vinculados con la tragedia.
Ambas empresas enfrentan una multa de 225.000 euros (unos 230.000 dólares) cada una.
Según los informes de peritos, la congelación de las sondas de velocidad Pitot provocaron una perturbación en las mediciones de velocidad del Airbus A330, lo que desorientó a los pilotos hasta que perdieron el control del avión.
Para la corte de apelación, que dio marcha atrás al sobreseimiento del caso, Air France no puso en marcha una «formación adaptada» ni la «información» necesaria para que los pilotos pudieran «reaccionar» a ese fallo técnico.
A Airbus se le juzga por «subestimar la gravedad» de los fallos de las sondas de velocidad, por no tomar las disposiciones necesarias para informar de urgencia a las tripulaciones ni formarlas eficazmente.
Los fallos en estas sondas se multiplicaron en los meses precedentes al accidente. Tras la catástrofe, el modelo se cambió en todo el mundo.
La tragedia también impulsó otras modificaciones técnicas en el campo de la aeronáutica y una formación reforzada a la pérdida del altitud y al estrés de la tripulación.
AFP