Los portavoces de los gobiernos de Alemania, Francia e Italia anunciaron la suspensión del uso de la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio anglo-sueco AstraZeneca «con carácter preventivo» tras el señalamiento de efectos secundarios.
El Instituto Médico Paul-Ehrlich, que aconseja al gobierno, «considera que (son) necesarios más exámenes», tras casos de formación de coágulos sanguíneos en personas vacunadas en Europa, precisó un vocero del Ministerio de Salud de Alemania.
Asimismo, Francia e Italia adoptaron la misma medida, mientras que Indonesia retrasó el comienzo de la inmunización con el inyectable AstraZeneca hasta obtener una validación por parte la Organización Mundial de la Salud.