Apenas unas horas después de haber tomado el control de Kabul, los talibanes liberaron a miles de terroristas de Al Qaeda y del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) que se encontraban detenidos en una prisión ubicada a las afueras de la capital de Afganistán.Según consigna Business Insider, una agencia de noticias afgana que apoya a los insurgentes divulgó un video que muestra la masiva liberación de extremistas. En las imágenes se puede observar a miles de hombres cargando sus pertenencias, y de fondo las instalaciones de la prisión.
A primera hora de este domingo, las tropas afganas entregaron a los talibanes la base aérea de Bagram, que alberga la prisión de Pul-e-Charki, donde permanecían recluidos cinco mil presos. Se trata de la más grande de Afganistán y es conocida por sus malas condiciones. Según informes locales, en un bloque de celdas de máxima seguridad había miembros de Al Qaeda y de los talibanes.
La cadena BBC, por su parte, informó que los residentes locales también reconocieron haber escuchado disparos procedentes de las instalaciones.
Los talibanes entraron este domingo a Kabul y clamaron “victoria” desde el palacio de gobierno, horas después que el presidente Ashraf Ghani abandonara el país. “Los talibanes ganaron”, declaró Ghani en Facebook, asegurando que huyó para evitar un “baño de sangre”, pues “innumerables patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida” si se hubiera quedado.
“Unidades militares del Emirato Islámico de Afganistán entraron en la ciudad de Kabul para garantizar la seguridad”, tuiteó el portavoz de los insurgentes Zabihullah Mujahid. “Su avance continúa con normalidad”, añadió.
Por la noche, la televisión afgana difundió imágenes de combatientes afganos dentro del palacio y clamando “victoria”.
“Nuestro país ha sido liberado y los muyahidines son victoriosos en Afganistán”, dijo un militante al canal de noticias Al Jazeera desde el palacio presidencial.
Según habían indicado previamente tres responsables talibanes de alto rango a la AFP, en el palacio se celebró una reunión sobre la situación de la seguridad en la capital.
En 10 días, el movimiento islamista radical, que había comenzado una ofensiva en mayo aprovechando el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras, tomó el control de casi todo el país.
Ahora, los insurgentes están a las puertas del poder, veinte años después de haber sido expulsados por una coalición liderada por Washington, a raíz de su negativa a entregar a Osama bin Laden, líder de Al Qaida, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.