Tanto en Europa como en América reaccionaron a la detención del líder opositor ruso, Alexéi Navalni. El abogado, de 44 años de edad, fue arrestado por policías, luego de su llegada al aeropuerto Sheremétievo, que sirve a la ciudad de Moscú.
El dirigente, un duro crítico del Kremlin y del presidente Vladimir Putin, regresó este domingo a su país, luego de permanecer varios meses en Alemania. Navalni tuvo que ser internado en una clínica de Berlín, después de que se le envenenara con Novichok, un potente y mortal agente neurotóxico, fabricado por la extinta Unión Soviética.
Tras su arribo a la terminal – y cuando se disponía a pasar por el punto de control de pasaportes – el líder fue capturado por agentes de seguridad. Al opositor se le acusa de haber violentado el régimen obligatorio de presentación que le impuso la justicia en el año 2014.
Sin embargo, Charles Michael, presidente del Consejo Europeo, demandó su excarcelación inmediata. Desde Francia, el Ejecutivo del presidente Emmanuel Macron se pronunció en el mismo tono. Por su parte, Lituania, una nación que forma parte de la Unión Europea (UE), exhortó a los 27 a endurecer las sanciones contra Rusia.
Desde Estados Unidos, Jake Sullivan, futuro asesor de Seguridad Nacional del presidente electo, Joe Biden, consideró que Alexéi Navalni “debe ser liberado inmediatamente”.
En respuesta, Maria Zajarova, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, pidió a los líderes extranjeros “respetar la ley internacional” y “ocuparse de los problemas de sus propios países”.