Emocionada, como pocas veces, Angela Merkel ha pedido a sus conciudadanos reducir los contactos no necesarios. Desde el Bundestag (el Parlamento alemán), la canciller puso cifras a la tragedia que se vive en la nación germana, a propósito de la pandemia provocada por la Covid-19.
“Lo siento desde el fondo de mi corazón, pero cuando pagamos el precio de 590 muertos en 24 horas, en mi opinión no es aceptable”, dijo la mandataria, en alusión a aquellos que, pese a los números, no cumplen con el distanciamiento social ni con las medidas de bioseguridad.
En Alemania, los bares y restaurantes permanecen cerrados desde comienzo de noviembre. Igual suerte han corrido los museos y los teatros. En general, las autoridades han hecho lo posible para reducir las aglomeraciones. Sin embargo, los encuentros sociales y familiares siguen impulsando al SARS-CoV-2.
Ante ese hecho, Merkel llamó a la mesura. También recordó a los especialistas. “Nos están suplicando que reduzcamos los contactos”, espetó. Adicionalmente, la gobernante advirtió que, de no ser cuidadosos, los alemanes podrían pagar un alto precio durante las fiestas decembrinas.
“Si mantenemos demasiados contactos antes de Navidad y, al final, resulta que son las últimas Navidades con los abuelos, habremos hecho algo mal. No debemos dejar que eso suceda”, sentenció.