“Parece difícil ver a Estados Unidos sacrificando sus intentos de restablecer la democracia en Venezuela -que eran el objetivo principal de las sanciones- por una oferta adicional marginal de petróleo. Además, Venezuela se ha convertido en un tema de política interna en un estado clave como Florida, lo que puede hacer que sea políticamente costoso para la administración hacer un levantamiento unilateral de las sanciones”, dice la banca de inversión Barclays en un informe en el cual aborda la viabilidad que tiene Petróleos de Venezuela (PDVSA) para recuperar su producción.
La firma evalúa el escenario de que, eventualmente, Venezuela pueda cubrir la oferta de crudo que Rusia enviaba a Estados Unidos y a otros países occidentales, en caso de que el gobierno de Estados Unidos flexibilice las sanciones.
“El régimen de Nicolás Maduro estuvo en conversaciones con la oposición venezolana en México con la mediación de Noruega el año pasado y ahora creemos que cierta flexibilidad en las sanciones petroleras a Venezuela podría ser una forma de desbloquear las negociaciones”, añade Barclays.
El reporte pone el foco en la posibilidad de que la única empresa petrolera estadounidense con actividades en producción como es Chevron pueda responder en corto plazo para incrementar la producción en las empresas mixtas con PDVSA, como Petroboscán y Petropiar que hasta 2019 producían un volumen conjunto entre 150.000 y 200.000 barriles diarios.
“La principal alternativa bajo deliberación es permitir que Chevron tome el control operativo de las empresas mixtas que comparte con la estatal PDVSA y le permiten comercializar el crudo venezolano proveniente de esos proyectos”, señala el informe.
«Los funcionarios estadounidenses, sin embargo, han dejado en claro que cualquier nueva autorización dependerá de si el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, toma más pasos en las negociaciones políticas”, añade.
Barclays no considera factible que aún con la flexibilización de sanciones Venezuela sea capaz de cubrir la oferta de crudo y productos que proveía Rusia al mercado estadounidense al alcanzar alrededor de 600.000 barriles por día.
“Las condiciones subyacentes, con el número de plataformas operativas cercano a cero, sugiere que la capacidad de producción ha seguido disminuyendo y probablemente podría ser alrededor de 1 millón barriles diarios. Por lo tanto, pensamos que lo más que Venezuela podría agregar en el a corto plazo podría ser de unos 200.000 barriles al día”, indica Barclays, citado por el portal especializado Petroguía.
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