El presidente estadounidense Joe Biden recibe el viernes en la Casa Blanca a su par surcoreano Moon Jae-in para subrayar su enfoque estratégico en Asia, mientras minimiza posibilidades de un rápido progreso en los desafíos que enfrenta con China y Corea del Norte.
A su llegada a la Casa Blanca, Moon declaró que Corea del Sur y Estados Unidos comparten la «misma alma», forjada en su sangriento conflicto de la época de la Guerra Fría con Corea del Norte a principios de los años cincuenta.
Corea del Sur «siempre estará al lado de Estados Unidos en su camino de recuperación de la crisis de covid-19 y en la defensa del orden internacional liberal y democrático», dijo Moon en una reunión con la vicepresidenta Kamala Harris, antes de reunirse con Biden.
El creciente poder de China como rival por el liderazgo en Asia y el polvorín nuclear de Corea del Norte se ciernen sobre las conversaciones. El gobierno de Biden admite no tener una respuesta fácil para ninguno de los dos asuntos.
En este contexto, Washington se concentra en reconstruir sus alianzas -especialmente con Corea del Sur y Japón- después de la turbulenta era de Donald Trump, durante la cual la Casa Blanca a menudo trató a los socios de larga data como competidores comerciales despiadados.
Moon llega a Washington como el segundo invitado extranjero de Biden. El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, fue el primero, en abril.
La relación entre Estados Unidos y Corea del Sur «es el eje de la seguridad y la prosperidad para el noreste de Asia y un Indo-Pacífico libre y abierto», dijo un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió no ser identificado. «El presidente Biden reafirmará ese férreo compromiso».
Como símbolo de la profunda y compleja historia detrás de esos vínculos, Moon acompañará a Biden al otorgar la Medalla de Honor, el mayor honor militar estadounidense por valentía, a un veterano estadounidense de 94 años de la Guerra de Corea.
El entonces primer teniente Ralph Puckett fue herido en 1950 mientras dirigía a soldados estadounidenses y coreanos en la desesperada defensa de una colina contra una fuerza abrumadora de tropas chinas, un episodio temprano tras el decisivo ingreso de China en la guerra.
La Casa Blanca dijo que será la primera vez que un líder extranjero participa en una ceremonia de Medalla de Honor.
– «Desnuclearización completa» –
Los lazos comerciales ocuparán un lugar destacado en la agenda.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, y su homólogo surcoreano mantendrán conversaciones por separado con una serie de directores ejecutivos centradas en la fabricación de alta tecnología.
Pero el grueso de la reunión entre Biden y Moon se centrará probablemente en China, incluidas sus amenazas a Taiwán, y en los intentos para conseguir que Corea del Norte abandone sus armas nucleares.
Sin embargo, no se espera que haya muchas afirmaciones claras y contundentes cuando ambos presidentes emitan una declaración conjunta tras la reunión.
Cuando se le preguntó si se expresaría sobre la preocupación por el futuro de Taiwán, el funcionario de la Casa Blanca dijo que habría «una referencia a la seguridad regional en general y al mantenimiento de la paz».
Y respecto a Corea del Norte, que ha causado frustración a los presidentes estadounidenses durante décadas, es probable que se utilice un lenguaje igualmente vago.
«Nuestros objetivos siguen siendo la completa desnuclearización de la península de Corea», dijo el funcionario.
Sin embargo, la Casa Blanca tiene «un claro entendimiento de que los esfuerzos de las administraciones anteriores no han logrado este objetivo.»
Quedan fuera los anteriores intentos de llegar a un llamado «gran acuerdo» con Pyongyang o simplemente mostrar lo que los diplomáticos denominaron «paciencia estratégica».
Ahora la Casa Blanca pregona «un enfoque práctico calibrado», que en la jerga diplomática parece querer decir ser realistas de bajo perfil, aunque con la mente abierta.
«Entendemos que los esfuerzos anteriores tuvieron dificultades y hemos tratado de aprender de ellos», dijo el funcionario.
Al ser consultada si Biden consideraría la posibilidad de seguir con las cumbres de Trump, que acapararon los titulares pero que en última instancia fueron infructuosas, con el líder norcoreano Kim Jong Un, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dio una respuesta seca el jueves.
«No espero que eso sea lo primero en su agenda», dijo.