El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, confirmó este sábado su visita a Rusia el martes próximo, pese a la tensión extrema sobre Ucrania, donde Estados Unidos estima una inminente invasión rusa.
«El lunes estaremos despegando para Rusia (…) Fui invitado por el presidente [Vladimir] Putin», dijo en una transmisión de redes sociales, luego de una entrevista con una radio local.
Según varios analistas, Washington ha presionado para que el mandatario brasileño cancelara su viaje, centrado oficialmente en la promoción de las relaciones comerciales bilaterales, ante la amenaza latente de guerra en Europa.
Mientras las llamadas telefónicas destinadas a hacer prevalecer la diplomacia se multiplicaron el sábado entre los líderes occidentales y Rusia sin bajar la tensión, Bolsonaro puso su fe en Dios.
«Pedimos a Dios para que reine la paz en el mundo, para el bien de todos nosotros», dijo.
En su misión, señaló el mandatario ultraderechista, se abordarán temas de interés bilateral como agricultura, energía y defensa.
Con un total de 7.290 millones de dólares en 2021, el comercio ruso-brasileño es modesto.
Pero «Brasil depende en gran parte de los fertilizantes de Rusia», indicó Bolsonaro.
Estos representan alrededor del 60% de las compras de Brasil a Rusia y son esenciales para el país sudamericano, un gran productor y exportador agrícola mundial.
Brasil sigue abogando por el «diálogo» en la crisis ruso-occidental y ha sido cuidadoso de no tomar partido, enfocándose en cuestiones bilaterales durante esta visita.
Pero Estados Unidos en particular teme que se perciba como una señal de apoyo al presidente ruso.
Con papel de equilibrista, el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño celebró el viernes el 30º aniversario de las relaciones diplomáticas con Ucrania, recordando en un comunicado de prensa los «múltiples contactos de alto nivel» desde que Brasil «reconoció la independencia de Ucrania» en 1991.
AFP.