La suerte llegó de su lado, esta vez para 23 venezolanos que atravesaban el desierto cerca de un campo minado a unos metros de la frontera con Perú.
A las 10 y 30 de la mañana de Chile, unos motociclistas de cross toman como destino el desierto que está a más de una hora de la ciudad, pero ese día, no fue uno común para ellos.
¿Qué pasó?
Un grupo de 18 personas, con cinco niños incluidos, algunos de ellos bebés, caminaban en medio de la nada y bajo un inclemente sol.
Fuad Garrido, uno de los motociclistas, asegura que los encontraron y pedían agua.
Con la cara quemada, nada de comida, dicen que no comían desde hace tres días, agregó Garrido.
Mientras que Bastián Moreno explicó que si no llegaban, hubiesen perdido la vida en el desierto.
No iban a llegar, era imposible, dijo Moreno.
Pidiendo ayuda, los motociclistas los rescataron luego caminar y dormir durante tres días, pero antes les expresaron que más atrás, iban dos grupos adicionales de caminantes venezolanos.
Garrido aseguró que caminaban en dirección errónea.
«Eran los más complicados, tenían niñitos de tres o cuatro años. ¿Cómo iban a salir de ahí?, era imposible», dijo
Al llegar, los motociclistas le advirtieron a las autoridades que rescataron a los venezolanos.
Gerardo Espíndola, alcalde de Arca expresó que el desierto de Chile es muy complicado.
Los caminantes venezolanos, fueron trasladados a una residencia donde hoy se recuperan de lo que fue una pesadilla en el desierto chileno.