El flamante rey Carlos III estrenó el nuevo monograma real durante su proclamación este sábado en el Palacio de St. James.
El hijo mayor de la reina Isabel II utilizó un broche en su corbata negra para su proclamación por el Consejo de Adhesión.
Durante el reinado de Isabel, en la insignia real se leía “E” y “R” por Elizabeth (Isabel) Regina. Sin embargo, con el cambio de monarca el monograma real pasará a ser “C” y “R” por Carlos Rex (rey en latín)
El mismo se encontrará pronto en los billetes, monedas, pasaportes y sellos británicos para reflejar el reinado de Carlos III.
El emblema real puede admirarse en los buzones rojos de todo el Reino Unido, así como en los edificios gubernamentales de la Commonwealth, en los documentos gubernamentales y en los sellos de correos.
El personal de la realeza también lleva el código en su ropa, al igual que los miembros del ejército y la marina en sus uniformes.
El Consejo de Ascensión proclamó este sábado oficialmente a Carlos III como el nuevo monarca del Reino Unido en sucesión de su madre, Isabel II, fallecida el jueves a los 96 años.
En una solemne ceremonia televisada desde el Palacio St. James de Londres en presencia de toda la clase política, la actual primera ministra Liz Truss y sus predecesores, el príncipe William y la reina consorte Camila, el consejo firmó y anunció la proclamación del nuevo rey.
“Es mi más doloroso deber anunciarles el fallecimiento de mi querida madre la Reina. Sé cuán profundamente ustedes y toda la nación, y creo que puedo decir que todo el mundo, se solidariza conmigo por la pérdida irreparable que todos hemos sufrido”, inició su discurso Carlos III.
“Es el mayor consuelo para mí saber de la simpatía expresada por tantos hacia mi hermana y mis hermanos y, como tal, el afecto y el apoyo deben extenderse a toda nuestra familia en nuestra pérdida. A todos nosotros como familia”, continuó.
Y enfatizó: “En cuanto a este reino y a la gran familia de naciones de la que forma parte, mi madre dio un ejemplo de amor permanente y de servicio desinteresado. El reinado de mi madre fue inigualable en su duración, su dedicación y su devoción. Incluso cuando nos afligimos, damos gracias por esta vida tan fiel. Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y pesadas responsabilidades de soberanía que ahora me han pasado”.
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