El próximo presidente de Chile encontrará un país dividido tras las protestas sociales de 2019, mermado por la pandemia y la posterior crisis económica, con la deuda pública al alza y una nueva Constitución en trámite mientras recalcula su propia ruta.
A 10 días de la primera vuelta de la elección presidencial, Chile afronta este momento como una suerte de segunda transición con la idea de pasar de una democracia presidencialista que sirvió hace 31 años para terminar con la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) a un Estado del bienestar con una nueva Carta Magna que redacta la Convención Constituyente.
En un clima de incertidumbre y esperanza, será clave la participación de un 50% de indecisos entre los 15 millones de electores que viven un momento de cambio.
Las clases sociales más necesitadas apuran las subvenciones estatales para hacer frente a la crisis económica provocada por el coronavirus. El país tuvo que incrementar su deuda externa de forma histórica y el futuro apunta hacia un proceso de austeridad independientemente del signo político que gobierne.
A «cualquiera que le toque el próximo periodo le va a tocar un periodo difícil», indica a la AFP la académica de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, Claudia Heiss.
La analista advierte un escenario de «conflictividad social» cuando las ayudas y subvenciones terminen, ya que fueron un parche circunstancial para sostener la economía, el consumo y el desempleo generado en la pandemia.
«Un gobierno de derecha generaría más incentivos para la movilización social por la izquierda», advierte Heiss, y agrega que «un gobierno de izquierdas es más probable que esté en sintonía con los movimientos sociales».
– Oferta electoral –
Las opciones el próximo 21 de noviembre son siete candidatos que abarcan un espectro político que va desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha.
Las encuestas que se divulgaron antes de su prohibición por ley el domingo pasado, mostraron preferencias en polos opuestos, pero desde 2019 fallaron al predecir tendencias electorales antes del plebiscito constitucional y la elección de integrantes de la Convención Constituyente.
El diputado izquierdista de 35 años Gabriel Boric de la coalición Apruebo Dignidad -Frente Amplio y Partido Comunista- y el ultraderechista José Antonio Kast por el Partido Republicano dominan las preferencias con diferencias menores a tres puntos.
Los últimos sondeos, dieron el primer lugar a Boric, Kast a un punto y la senadora demócrata-cristiana (centro) Yasna Provoste, en un peleado tercer puesto junto al independiente liberal oficialista Sebastián Síchel, ambos lejos de pasar a segunda vuelta.
– Nueva generación política –
Las protestas sociales de octubre de 2019, que dejaron 34 personas muertas, sacaron a la luz una animadversión social contra la vigente clase política establecida desde la vuelta de la democracia en 1990.
Los candidatos favoritos a la presidencia también representan esos dos Chiles, dice Heiss.
Boric, que es diputado, «no tiene la experiencia política que tienen otros dirigentes, pero tiene como fortaleza eso mismo», dice la académica. «Su debilidad es su fortaleza», agrega, ya que «no genera la antipatía que generan políticos con experiencia».
«(Kast) representa lo más recalcitrante de la derecha chilena que lamentablemente sigue siendo un núcleo duro de pinochetismo, de autoritarismo, de xenofobia», destaca Heiss.
El candidato Kast va en línea con la tendencia «de populismos de derecha internacional» como el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, o el exmandatario de Estados Unidos, Donald Trump, sostiene la analista.
– Incertidumbre –
Cualquiera sea el sucesor del conservador Sebastián Piñera, lo que parece claro es que tomará las riendas de un país sumido en la «incertidumbre», señala a la AFP el analista y director de TuInfluyes.com, Axel Callis.
«Ahora la esperanza y el cambio social se está achicando en términos de portal de oportunidades, de tiempo, de apoyo y la incertidumbre, y el miedo se está tomando el contexto», explica.
El actual gobierno de Piñera, que afrontará un juicio político a raíz de la venta de una minera en 2010 revelada por los Papeles de Pandora, dejará varios frentes abiertos: aumento de la migración irregular en el norte -principalmente venezolanos-, la nueva Constitución en camino, el desempleo todavía acuciante aunque en recuperación y una inflación al alza si se compara con la última década de estabilidad financiera.
«Se va a decidir entre esperanza e incertidumbre», resalta Callis.
AFP