Los cubanos acuden este domingo a elegir autoridades municipales en un contexto de fuerte crisis económica y llamados a la abstención de opositores, que denuncian «presiones» contra sus candidatos.
Estos comicios abren un singular mecanismo electoral, en vigor desde 1976, que seguirá con la renovación en 2023 del parlamento y que debe concluir el próximo año con la elección presidencial.
El presidente Miguel Díaz-Canel, que llegó a La Habana en la madrugada de este domingo tras cumplir una gira por Argelia, Rusia, Turquía y China, acudió a votar con su esposa Lis Cuesta en una casilla del municipio de Playa, en el oeste de la capital.
Este «proceso electoral ratifica que Cuba mantiene la estabilidad política» y «su estabilidad social, independientemente de la batalla de asfixia económica que nos están tratando de implantar para que la población por el descontento (…), vaya al anhelado estallido social que quiere» Estados Unidos, dijo el mandatario a la prensa tras votar.
Más de ocho millones de mayores de 16 años (en una población de 11,2 millones) están convocados a elegir por voto directo y secreto a 12.427 delegados municipales del Poder Popular (concejales) entre unos 27.000 candidatos propuestos a mano alzada en asambleas vecinales.
El municipio es el único nivel en el que los ciudadanos votan de manera directa por sus candidatos.
– Campañas a favor y en contra –
Con la etiqueta «YoVotoEl27», el gobierno desplegó una intensa campaña en redes sociales, así como en la prensa y la televisión, ambas bajo control del gobernante Partido Comunista (PCC, único), que no postula pero supervisa el proceso.
La ley cubana no permite a los candidatos hacer proselitismo. Una vez que los candidatos son definidos su biografía se coloca en los centros de votación para que la población conozca sus trayectorias y elija.
Por su parte, el Consejo para la Transición Democrática (CTDC), una plataforma opositora que promueve cambios por vías legales, llamó a la abstención bajo el lema «Sin pluralismo,#YoMeAbstengo».
El vicepresidente de CTDC, Manuel Cuesta, explicó a la AFP que a tres candidatas del Consejo «la policía política (…) les imposibilitó la participación (en las asambleas) porque tenían serias oportunidades de ganar».
Un cuarto candidato, José Cabrera, «fue nominado» en el municipio de Palma Soriano, en Santiago de Cuba (sureste), pero luego «comenzaron a amenazarlo con la expulsión del trabajo» y «a presionarlo para que tomara distancia del Consejo», añadió.
«La seguridad y la policía mantienen vigilada su cuadra» y su biografía como candidato no fue publicada.
El gobierno cubano tilda a los opositores de «mercenarios» de Estados Unidos.
Los concejales electos formarán los gobiernos municipales y propondrán en 2023 de entre ellos el 50% de los candidatos al parlamento nacional; el otro 50% será propuesto por una comisión integrada por organizaciones sociales cercanas al gobierno.
El parlamento a su vez propondrá las candidaturas para integrar el Consejo de Estado y para la presidencia, que es de periodos de cinco años con opción a reelegirse una vez.
La elección, la primera desde que Díaz-Canel tomó la dirigencia del país (2018), se da en medio de una profunda crisis económica que vive la isla, con escasez de alimentos y medicinas y cotidianos apagones, así como de éxodo migratorio.
En el referendo que aprobó en octubre el nuevo Código de las Familias la participación fue del 74,12% del padrón electoral, la más baja registrada en una votación en la isla.
Los candidatos que no logren la mayoría simple este domingo irán a una segunda vuelta electoral el 4 de diciembre.
AFP