Aprovechando su mayoría en la Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos, los demócratas iniciaron, este lunes, los trámites para un nuevo juicio político contra el presidente Donald Trump.
En la sesión realizada este 11 de enero, los legisladores acusaron a Trump de “incitación a la insurrección”.
El señalamiento llega casi una semana después de que una turba de simpatizantes del primer mandatario tomara por asalto el Capitolio, la sede del Congreso estadounidense.
En opinión de muchos, el incidente, que causó destrozos en el edificio y provocó la muerte de seis personas, fue incitado por el republicano, durante un discurso que concedió horas antes, en las adyacencias de la Casa Blanca.
El cargo por “incitación a la insurrección”, que será votado por el pleno de la Cámara de Representantes a medidos de este semana, fue formulado luego de que legisladores republicanos bloquearan la resolución en la que se exigía al vicepresidente Mike Pence activar la 25ª enmienda de la Constitución.
Pese a la negativa, los demócratas han insistido y otorgaron al número dos de la Casa Blanca un plazo de 24 horas para invocar el apartado, que le faculta para declarar, por escrito, la incapacidad del presidente para ejercer funciones.
Si ello ocurriera, Trump sería inhabilitado, removido del cargo y sustituido por Pence, quien ejercería como jefe de Estado accidental, hasta la toma de posesión de Joe Biden, el venidero 20 de enero.
Dado que Mike Pence se ha mostrado reacio a esa posibilidad, un segundo “impeachment” contra Donald Trump parece inveitable.