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Desmintiendo la narrativa del régimen: ¿Quién armó a los barrios de Caracas?

La ministra de Interior, Justicia y Paz del régimen de Nicolás Maduro, Carmen Meléndez, aseguraba el pasado jueves 8 de julio que las jornadas de violencia que se vienen suscitando en la Cota 905, al oeste de Caracas, por bandas criminales son producto de la complicidad entre antisociales y la oposición venezolana.

 

Sin embargo, la narrativa chavista mintió una vez más.

Durante una parada militar llevada a cabo en 2017 en Charallave, estado Miranda, el dictador Maduro manipulaba, en cadena nacionalun fusil automático calibre 7.62 preponiendo dotar a «todos los barrios y campos» del territorio venezolano con entre 10.000 y 20.000 armas en función de «defender la patria y la soberanía”.

Asimismo, el tirano aseguraba que el próposito era llevar esa y otra clase de «armamento secreto» que estarían preparando para poder moverse en «barrios, campos y por todos lados”.

Una serie de enfrentamientos entre grupos de delincuentes y cuerpos de seguridad del Estado tiene lugar al Oeste de Caracas desde el pasado miércoles, con numerosas bajas y heridos de civiles inocentes que son impactados por las balas pérdidas que alcanzaban zonas adyacentes como La Vega, El Paraíso, Quinta Crespo y El Cementerio.

Durante un operativo de seguridad anunciado por el régimen de Nicolás Maduro y llevado a cabo durante este viernes, comisiones policiales mixtas tomaron la Cota 905 y dieron de baja a 40 antisociales, según cifras a las que tuvo acceso el ex Comisionado Especial de Seguridad e Inteligencia del Gobierno Interino, Iván Simonovis.

En la misión de inteligencia, lo funcionarios de seguridad realizaron la incautación de arma de fuego, específicamente, fusiles de asalto Barrett M99, considerado como el como uno de los rifles más poderosos del mundo ya que dentro de sus capacidades pueden perforar estructuras blindadas, cemento, capaz y hasta podrían derribar aeronaves cuyo valor estimado es de 4.000 dólares.

De acuerdo con el director de la Coordinación Regional de Investigaciones Económicas y Sociales de Argentina, Andrei Serbin Pont, este fusil es la versión más accesible de toda la gamas de calibre 50.

«Es una versión acerrojo monotiros. Tú disparas y tienes que abrir el cerrojo, extraer la vaina, colocar un proyectil nuevo manualmente, cierras el cerrojo y se puede proceder a disparar nuevamente. Balísticamente el comportamiento de las municiones es idéntica en cualquiera de las dos armas, lo que cambia es la cadencia de tiros con la que se puede disparar y obviamente el costo del fusil», explicó Serbin Pont.