El lobby en Estados Unidos de una delegación de la oposición venezolana para coordinar posturas sobre las inminentes negociaciones con el régimen de Nicolás Maduro es un paso lógico por ser la Casa Blanca uno de sus principales aliados internacionales, pero genera dudas sobre la estrategia y el uso de recursos del Parlamento de 2015, dicen analistas.
El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por al menos 50 gobiernos, anunció la semana pasada el inicio de una “gira internacional” de algunos delegados, encabezados por el exalcalde y experto en derecho constitucional Gerardo Blyde.
La misión opositora participará entre el lunes 21 y el viernes 25 de este mes en reuniones políticas con funcionarios “de alto nivel” del gobierno de Joe Biden, y senadores y congresistas de ambos partidos en Washington para luego viajar a Bruselas, epicentro de las instituciones europeas más importantes.
Según explicó Guaidó el viernes pasado, la comisión busca blindar el respaldo de su propuesta de “acuerdo de salvación nacional”, que incluye la necesidad de negociaciones con el oficialismo venezolano para pactar un cronograma amplio de elecciones transparentes y la entrada de ayuda humanitaria.
El envío de una delegación de esa estirpe a Estados Unidos y Europa revela entre líneas que “no existe ni va a existir una estrategia clara” y minimiza el rol de embajadores opositores nombrados desde 2019 por el Parlamento electo hace seis años, opina el politólogo Pablo Andrés Quintero.
“Eso es una propuesta política por parte de Guaidó. Dudo que todo el pleno de la Asamblea Nacional de 2015, que ya no son diputados, esté a favor de esta gira, que no tiene forma de medir su impacto y resultados”, dice a la Voz de América el también consultor político y asesor de campañas electorales.
El envío de esa delegación a Washington y Bruselas respondería a un intento de Guaidó y sus aliados “de sobrevivir” a las nuevas dinámicas y presiones ante la inminencia de las elecciones regionales del 21 de noviembre próximo, asegura.
José Vicente Carrasquero, profesor de ciencia política de las universidades Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, valora la llegada a Washington de la delegación opositora como “una iniciativa importante”.
“Estados Unidos es el principal aliado de la causa de las fuerzas democráticas en estos momentos y creo que coordinar con tu principal aliado es un asunto bastante importante para determinar cuál puede ser el alcance de la negociación y hasta dónde estarían los norteamericanos dispuestos a acompañarte”, señala.
Carrasquero, también consultor en opinión pública y campañas electorales, resalta que Blyde goza de “una solvencia moral e intelectual incuestionable” y desestima la posibilidad de que el oficialismo reaccione negativamente a la gira.
“Después de todo, si hay alguien que haya impulsado un proceso de negociación es precisamente Maduro. Así como él se reúne con los cubanos, los rusos, los chinos, las fuerzas democráticas también tienen derecho”, acota.
Maduro ha dado públicamente su visto bueno al inicio de diálogos políticos con sus opositores con la facilitación del Reino de Noruega. Entre sus demandas, incluye la suspensión total de las sanciones económicas; el reconocimiento de los poderes públicos venezolanos, que preside; y el reintegro a su gobierno de activos millonarios congelados o retenidos en el extranjero.
Uno de los objetivos de la gira política en Estados Unidos y Europa es determinar “en qué esquema se sienten cómodos” los aliados opositores para abordar asuntos como el levantamiento de sanciones, anticipó Guaidó.
Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento electo en 2020 y exvicepresidente del gobierno de Maduro, lidera el grupo negociador del lado oficialista, según reveló el hijo del mandatario y diputado Nicolás Maduro Guerra.
Quintero, por su lado, insiste en preguntarse por qué los embajadores cercanos a Guaidó no son los encargados de llevar su mensaje y coordinar estrategias, si bien también evalúa con nota positiva a Blyde, uno de los voceros opositores en las negociaciones con el oficialismo concretadas en el exterior de 2017 a 2019.
“Blyde ha tenido un perfil intachable, sin escándalos. Ha tenido un comportamiento bastante ejemplar. Ha sido un buen interlocutor, cumple con las condiciones de buen comunicador, buen negociador, ha estado alejado del escándalo público y de posturas radicales”, describe.
Quintero advierte sobre la transparencia de los detalles logísticos de la gira que encabeza Blyde. “La pregunta es quién paga eso. ¿De dónde salen los recursos para montar una nueva gira, quién financia eso? No se justicia el derroche de dinero, no hay transparencia sobre el manejo de recursos de la Asamblea”, dice.
Con información de Voz de América