Este martes tendremos por un año más la celebración del denominado Día de los Santos Inocentes, una fecha bíblica que conmemora el asesinado de los recién nacidos de Judea asesinados por el rey Herodes de Judea.
Día de los Santos Inocentes
En el versículo Matero 2:3-8 redactan la reacción del rey Herodes I, “El Grande”, quien en su afán de encontrar a Cristo, llamado a ser el nuevo rey por el profeta, envió a los denominados Reyes Magos a Belén de Judea, con el objetivo de indagar todo sobre el hijo de María y José.
“Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel”, decía la profecía. Aunque el rey aseguró que su objetivo era ir y adorarle, se describe que un ángel del Señor apareció en los sueños de José para indicarle su huida repentina y a toda velocidad con rumbo a Egipto, pues Herodes buscaba matar al recién nacido.
Así fue como se cumplió un dicho más del profeta, quien a nombre del Señor estableció: “De Egipto llamé a mi Hijo”. Permanecieron en aquel destino hasta la muerte de Herodes.
Éste, sin embargo, al verse traicionado mandó matar a todos los menores de dos años que se encontraban en la tierra de Belén, y en los alrededores. El rango de tiempo fue establecido de acuerdo con el calendario en que se inquirió a los magos dicha investigación.
Una vez que murió Herodes, se apareció de nueva cuenta un ángel en los sueños del padre, quien lo envió con rumbo a Israel, pero terminó en la región de Galilea, en la ciudad de nombre Nazaret, “para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno”.
La fiesta de los locos
Sin embargo, la tradición en México dicta que es un día para jugar toda clase de bromas a tus colegas o a tu familia, incluso llegó a los diarios locales, donde suelen publicarse noticias falsas.
“Inocente palomita que te dejaste engañar”, suele decirse al concretar una broma, tal y como las haría un niño, a quienes se conmemora en este día.
Muchos podrían ser los orígenes de esta celebración, entre las que destacarían la Fiesta de los Locos, celebrada en la edad media por los clérigos, un día dedicado a beber, divertirse, a decir obscenidades.
El eje de la festividad, según lo documentado por María Eugenia Góngora, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, era una “misa” burlesca, en la que nombraba un obispo-bufón como el encargado de dirigirla.
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