El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llamó por teléfono al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para hablar sobre Cuba, Nicaragua y Venezuela. Blinken detalló la política estadounidense hacia Cuba y su respuesta a las protestas del pasado 11 de julio, en particular «el apoyo de Estados Unidos a los derechos de los cubanos de asamblea pacífica, libertad de expresión y democracia». Así lo reflejó el comunicado oficial del Departamento de Estado, aunque horas antes de hacerse público, el propio ministro español ya había informado del contacto.
Uno de los principales motivos de la llamada era felicitar a Albares por su nuevo cargo, porque se convirtió este mes en titular de la cartera de Exteriores de España, pero luego la conversación giró en torno a temas de Latinoamérica. EEUU confía en reforzar la coordinación con España en lo relativo a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
«Al reconocer los fuertes lazos entre Estados Unidos y España, el secretario y el ministro de Exteriores se comprometieron a desarrollar aún más la relación transatlántica y a enfrentar conjuntamente desafíos comunes», señala la nota de la diplomacia estadounidense.
La llamada se produjo una semana después de que la Casa Blanca desvelara una estrategia hacia Cuba que pasa por intentar aumentar la presión internacional contra La Habana, y asegurara que planeaba pedir ayuda a otros Gobiernos para que le ayudaran en ese sentido.
Durante el contacto telefónico con Albares, Blinken también abogó por «negociaciones exhaustivas que lleven a elecciones libres y justas en Venezuela» y «detalló sus preocupaciones respecto a Nicaragua». También defendió que Estados Unidos quiere promover una «migración segura, ordenada y humana» y coincidió con Albares en la necesidad de «hacer frente a las causas de raíz que generan la emigración irregular desde Centroamérica».