Más de 190 países, miembros de la Organización de Naciones Unidas, acordaron este viernes un Pacto Mundial para la Migración, en un primer intento de establecer pautas claras para atender el fenómeno migratorio. Sin embargo, EEUU rechazó el acuerdo y fue el único país que quedó fuera de la decisión.
Entre lo que reza el acuerdo está el compromiso de cada gobierno de abrir más vías de migración regular, la protección a los inmigrantes y cooperación para una mejor gestión de las fronteras.
El texto que será adoptado formalmente en el mes de diciembre en una cumbre en Marruecos, fue aprobado por consenso lo que calificaron como «una nueva visión para el mundo que queremos».
El pacto que se discute desde 2016 por los jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo comenzó a concretarse en el mes de febrero las negociaciones, estructurado en torno a 23 grandes objetivos.
Dentro del acuerdo hay otros compromisos como el de evitar la separación de familias, un tema que ha levantado serias criticas contra la administración Trump, polémico estos días en EE.UU.
En las negociaciones han participado todos los Estados miembros de la ONU, aunque algunos como Hungría lo han hecho en todo momento con una postura crítica con la iniciativa.
Estados Unidos ha sido el único país que se ha mantenido totalmente al margen quien anunció su salida del proceso de acuerdo el pasado mes de diciembre al considerar que el pacto es «incoherente» con las políticas migratorias del Gobierno de Donald Trump.