Cientos de venezolanos permanecen retenidos, desde este martes, en la ciudad de Huaquillas, una localidad que se encuentra dentro del territorio ecuatoriano, pero que tiene frontera con el norte de Perú.
Los migrantes, que deambulan por la urbe y pernoctan en plazas y otros espacios públicos, tienen la intención de cruzar a suelo peruano. Sin embargo, sus esfuerzos se han visto impedidos por efectivos de las Fuerzas Armadas de ambos países, quienes han evitado su paso.
El origen de la situación se remonta al pasado 25 de enero. Aquel día, Perú creó un cordón fronterizo, gracias al despliegue de más de 1.000 soldados, además de tanquetas, carros de combate y patrulleros.
Ecuador, por su parte, movilizó 200 militares, además de unidades tácticas que mantienen una vigilancia constante sobre los pasos fronterizos regulares y sobre las zonas porosas que son aprovechadas por muchos migrantes para transitar, de un país a otro, de forma ilegal.
Alberto Astudillo, alcalde de Huaquillas, dijo a la agencia internacional de noticias Associated Press, que, según son cálculos, son más de 800 los venezolanos que permanecen refugiados en su ciudad.
“Los más grave es que, a diario, siguen llegando más y más, en pobre situaciones de salud, higiénicas y sin ningún distanciamiento social”, expresó el burgomaestre.
En medio de sus declaraciones, Astudillo clamó por ayuda. Aseguró que su despacho no tiene los recursos logísticos ni financieros requeridos “para enfrentar esta inesperada situación”.