Las negociaciones entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición venezolana permanecen congeladas un año después de relanzarse en México con las sanciones contra Venezuela, las elecciones presidenciales de 2024 y el financiamiento de planes sociales en agenda. ¿Es posible el deshielo?
Delegados de Maduro y la oposición han tenido acercamientos en los últimos meses, pero fuentes próximas a las conversaciones dijeron a la AFP que aún no hay consenso para volver a la mesa de diálogo.
– ¿Qué ofrece la oposición? –
«La alternativa democrática está lista para llegar a un acuerdo en materia humanitaria y en materia política», con «el levantamiento progresivo de sanciones» en caso de avances, dijo el viernes el dirigente opositor Juan Guaidó.
Maduro, cuya demanda central ha sido poner fin a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, ha buscado contactos directos con la administración de Joe Biden, que envió delegados a Caracas en mayo y junio.
Aunque desconoce a Maduro y considera a Guaidó líder «legítimo» del país, la Casa Blanca ha expresado disposición a revisar sus sanciones, que incluyen un embargo petrolero, en medio de la crisis energética por la invasión rusa a Ucrania.
Los principales partidos opositores se han debilitado: perdieron las elecciones regionales del año pasado, en las que regresaron a las urnas tras boicotear entre denuncias de fraude las presidenciales de 2018 y las legislativas de 2020, y su poder de convocatoria a protestas se desplomó, aunque se registran manifestaciones por reclamos sociales.
Chavismo y oposición emprendieron negociaciones en México en agosto de 2021 tras fallidas iniciativas en 2018 en República Dominicana y 2019 en Barbados. Maduro las congeló dos meses después por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, próximo al gobierno, enjuiciado por lavado de dinero.
«Si yo fuese el gobierno, me preguntaría: ¿cuál es el sentido de una negociación?», comenta a la AFP el politólogo Ricardo Sucre. La oposición «ni siquiera puede ofrecer revisar las sanciones, porque eso parece estarse discutiendo entre países».
«Los incentivos para que el gobierno se siente a negociar se perdieron», coincide el consultor político Pablo Andrés Quintero.
La escena internacional ha cambiado con el apoyo a la ofensiva de Guaidó diluyéndose.
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, y Maduro nombraron embajadores y retoman relaciones. Varios países de Latinoamérica viran hacia la izquierda.
Uno de los mayores críticos de Maduro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó a la «cohabitación» con un esquema de «contrapesos» que comparta poder, pero con la permanencia del mandatario.
«La salida de Maduro transformó a cada negociación en un juego de suma cero que terminaba siendo imposible», escribió Almagro en un artículo. «Una negociación en ese contexto obviamente no puede ser cómo se saca a Maduro, sino cómo sigue. Esto implica cohabitación».
– ¿Qué ofrece el gobierno? –
«Si fracasa el diálogo, el fracaso va a ir en detrimento de la oposición. ‘El diálogo no sirve para nada, ¿para qué voy a votar?’ (…). Si prospera, va a dar legitimidad a unas elecciones en las que parece improbable que Maduro pierda», sostiene Quintero.
El pasado 17 de mayo los jefes negociadores, Jorge Rodríguez por el gobierno y Gerardo Blyde por la oposición, divulgaron en redes sociales una fotografía dándose la mano y el mensaje: «En reunión de trabajo para planes de futuro. En el rescate del espíritu de México».
Y se reencontraron el 22 de junio en Noruega.
No obstante, la reanudación del diálogo sigue atrasándose. El chavismo, que había condicionado retomar negociaciones a incluir a Saab como delegado, puso una nueva barrera: exige ahora la devolución de un avión de Venezuela retenido en Argentina con una tripulación venezolano-iraní e incautado por pedido de Estados Unidos.
La oposición, mientras, impulsa unas primarias hacia las presidenciales de 2024 y aspira entre otras cosas a anular inhabilitaciones por procesos judiciales contra sus dirigentes.
«Es un proceso necesario, pero tal vez llega tarde», indica Sucre.
Los analistas consultados piensan que podría haber «cesiones» gubernamentales para llevar a la oposición a las votaciones presidenciales, sin poner en riesgo a Maduro.