Un exmiembro de inteligencia, que estuvo asignado hasta hace unos meses al cuerpo diplomático de Israel en Colombia, empezó a ser seguido por las calles de Bogotá, así lo reseñó El Tiempo.
Información recogida por agentes extranjeros, incluidos del Mossad (el poderoso servicio de inteligencia de Israel), señalaba que sujetos venían espiando sus rutinas en el gimnasio, la oficina y hasta en la casa de una allegada colombiana.
Autoridades colombianas fueron notificadas de que todo indicaba que el extranjero –que, tras cumplir su comisión diplomática, había abierto una compañía de importación y comercialización de cámaras de vigilancia y tecnología– iba a ser asesinado.
Y si bien fue sacado a Tel Aviv en un operativo discreto y secreto, el reporte confidencial, al que EL TIEMPO tuvo acceso, señalaba que él no era el único que estaba siendo monitoreado. Un puñado de extranjeros de alto perfil aparecía en un listado de potenciales objetivos en Bogotá de un grupo de extremistas que opera hace años en la región: Hezbolá.
Hasta ahora, lo que se sabía era que Hezbolá solo actuaba a través de células que consiguen financiación por medio de economías (legales e ilegales) ligadas al sector textil, de la construcción, cárnicos y de carbón.
Sin embargo, antes de que estallara la pandemia y en plena visita a Bogotá, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ya había lanzado una primera alerta sobre la latente amenaza. Y, ahora, agencias extranjeras ya empezaron a hablar de posibles acciones terroristas.
Así se lo han hecho saber al gobierno de Iván Duque, según le confirmaron a EL TIEMPO altas fuentes oficiales. De hecho, ligan esas advertencias a las polémicas declaraciones que esta semana dio el ministro de Defensa, Diego Molano.
“Aquí tenemos un enemigo común y es el caso de Irán y Hezbolá, que opera en contra de Israel, pero también apoya el régimen de Venezuela y por lo tanto es un esfuerzo importante de intercambio de información e inteligencia el que desarrollamos con las Fuerzas Militares y el Ministerio de Defensa en Israel”, dijo Molano.
El trasfondo de los potenciales actos terroristas es un plan mucho más ambicioso que, dice la información de inteligencia, incluye a otros países de la región, entre ellos Estados Unidos.
Se trata de una eventual respuesta a la muerte del general Qasem Soleimani, el poderoso y temido jefe de la fuerza élite Quds de Irán.
Soleimani fue asesinado en las afueras del aeropuerto de Bagdad, en Irak, el 3 enero de 2020, en un ataque aéreo estadounidense ejecutado con drones.
Aunque seis meses después ejecutaron a Mahmoud Mousavi Majd, el traductor acusado de haber entregado información a la CIA y al Mossad sobre los movimientos del general, la muerte de Soleimani se considera un tema pendiente.
La información que llegó a Colombia señala que Hezbolá estaría echando mano de miembros de las disidencias de las ex-Farc para los seguimientos en Bogotá.
De hecho, se verifica si hombres de Hernán Darío Velásquez, alias el Paisa, están ejecutando esa labor, que coincide con documentos hallados por la Policía y la Fiscalía General en un computador incautado en Cali en agosto pasado.
Allí se encontraron planes de las disidencias de la ‘Segunda Marquetalia’ en los que se habla de ejecutar una acción de alto impacto.
Incluso, se sabe que ya habían desplegado hombres en terreno, lo que coincide con la historia del israelí que tuvo que ser sacado de Bogotá a Tel Aviv.
De hecho, en el dosier de inteligencia se habla de que disidentes de las ex-Farc estarían recibiendo armamento y entrenamiento en territorio venezolano para ejecutar esas acciones.
El propósito es que los ex-Farc se cobren los positivos y no aparezcan fuerzas extranjeras vinculadas”, dijo un agente extranjero.
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