Cuando restan cinco días para las elecciones del 18 de octubre, Bolivia se prepara para unos comicios generales que, a juicio de los analistas, no estarán exentos de crispación.
La polarización política, la división de los opositores al ex presidente Evo Morales y la posible victoria del Movimiento Al Socialismo (el partido del ex mandatario) son los indicadores que, según los expertos, permiten avizorar choques, tras el cierre de las votaciones.
“Puede darse un fenómeno que se llama la bola de nieve”, indicó, a la Voz de América, la politólogo Ericka Brockman.
De acuerdo con la especialista, la reciente retirada del ex presidente y ahora ex candidato, Jorge Quiroga, ha aumentado las tensiones. Según Brockman, la dimisión dispersará, aún más, el voto contra Evo Morales y contra su delfín, el aspirante presidencial del Movimiento Al Socialismo, Luis Arce Catacorta.
“Tuto” Quiroga se autoexcluyó de la competencia el pasado domingo, consciente de que sus números no eran los suficientes como para ganar en primera ronda ni para forzar una segunda vuelta electoral.
Con su renuncia, el representante de la Alianza Libre 21 siguió el mismo camino de la ex aspirante y actual presidenta interina, Jeanine Áñez, quien se hizo a un lado el pasado 17 de septiembre.
La dimisión de Áñez – y tampoco la de Quiroga – se han vuelto a favor de Carlos Mesa, dirigente opositora, que abandera al movimiento Comunidad Ciudadana. Él permanece de segundo en las encuestas, por detrás de Luis Arce.