La IX Cumbre de las Américas se inicia en medio de giros sorpresivos: aunque no estaba prevista su participación, el subsecretario de Estado de EEUU Brian Nichols anunció que el líder opositor venezolano Juan Guaidó discutirá algunos temas con el presidente Joe Biden.
Mientras, tras días de cuestionar su exclusión de la Cumbre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, viajó a Turquía atendiendo una invitación del mandatario Recep Tayip Erdogan.
“Todos los aspectos de las relaciones entre Turquía y Venezuela serán revisados y los pasos para mejorar las relaciones serán discutidos durante la visita”, dijo un breve comunicado de la presidencia turca horas antes de la visita.
¿Cuál es el propósito? Se trata de un viaje que, a juicio del politólogo Enderson Sequera, director de la consultora Politiks, guarda estrecha relación con la invasión de Rusia a Ucrania y el “intento, por ahora fallido, de negociación” para levantar las sanciones estadounidenses a Venezuela.
Además, estima que uno de los objetivos de Maduro es mejorar su proyección de poder internacional, tras no ser invitado a la Cumbre de las Américas.
“Este viaje es un poderoso mensaje que envía Maduro sobre cuáles son sus verdaderos aliados, a la par que es un mecanismo de compensación. Para el chavismo, si le cierran la tribuna de las Américas, encontrará otras tribunas igual de importantes al otro lado del mundo”, dijo Enderson.
El otro objetivo de Maduro sería mejorar su posición en la mesa de negociación con EEUU.
“En la primera ronda de negociación directa entre la Casa Blanca y Miraflores quedó claro que Maduro no tiene disposición a ceder condiciones electorales. ¿Qué hace, entonces, Maduro? Viaja a Turquía, se reúne con el canciller ruso en el escenario de más alto nivel mundial y vuelve a presentarse, a los ojos de EEUU como uno de los pocos mediadores posibles para desescalar la invasión en Ucrania”, opina Sequera.
Consultado por la Voz de América sobre si Maduro podría intentar involucrar a Turquía más activamente en la negociación en México, Sequera lo considera probable, pero afirma que, de momento, “ese rol de máximo acompañante de Venezuela lo sigue ocupando Rusia”.
El politólogo Pedro Urruchurtu afirma que el hecho de que Maduro estreche lazos con los “enemigos” del hemisferio occidental reitera cuál es su eje geopolítico de coordinación.
“Además, busca precisamente elevar otras banderas en momentos en los que se van a discutir temas que condenarán en buena medida lo que ocurre en Venezuela, Cuba y Nicaragua entre otros países. Es una muestra más de cómo el régimen desafía”, apuntó.
Urruchurtu subraya que el gobierno venezolano se aprovecha de la “debilidad” de la diplomacia estadounidense y de las acciones de la comunidad internacional, que ha ido “relajando su posición hacia el régimen”, para comenzar a salir del país.
“Y justamente hacerlo a los países que claramente representan una amenaza y que además tienen fuerte presencia en Venezuela a través de múltiples operaciones que van desde lo militar hasta lo económico”, añadió.
La visita de Maduro coincide con la presencia en Turquía del ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Las invitaciones
Aún hay opiniones encontradas sobre si, debido al efecto que ha provocado, la administración Biden debió incluir en la lista de invitados a la Cumbre de las Américas a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Para el politólogo Nicmer Evans, hubiera sido un escenario propicio para la “confrontación” a los sistemas en esos tres países.
“Un escenario orientado hacia la interpelación de gobiernos autocráticos más que lograr la victimización de ellos al no ser invitados”, señaló.
Ahora, subraya, la opinión pública gira en torno a los países que no participan y a quienes irán en “representación de quienes fueron excluidos”, lo que, a su juicio, “deforma” el objetivo de “promulgar, estimular y articular” esfuerzos desde la democracia.
Juan Francisco Contreras, experto en relaciones internacionales, sostiene que quienes participan en este tipo de eventos deben tener “condiciones” democráticas.
“En la primera Cumbre se ratificó la Carta Democrática y ahí está muy bien establecido cuáles son los parámetros mínimos para que un gobierno pueda ser considerado democrático. Ni Venezuela, ni Nicaragua y Cuba tienen características que permitan ser denominados países democráticos”, explicó a la VOA.
Además, aunque los tres países han generado boicotear la Cumbre, la mayoría de los Estados asistirán porque es una oportunidad para intercambiar posiciones y llevar a cabo reuniones bilaterales.
“La posición de víctimas es consecuencia de un accionar que vienen realizando desde hace tiempo”, dice.
Ni Maduro ni Guaidó
Si bien en las últimas semanas la Casa Blanca ha reiterado su apoyo a Guaidó, considerado presidente interino por decenas de países, hasta el martes por la mañana no había sido invitado a participar en la cita de Los Ángeles, pero sí “algunos miembros del gobierno interino”, situación que Evans considera como una “irregularidad e inestabilidad” en el reconocimiento de la figura del interinato.
“Ya hacia los tres años de persistencia del reconocimiento de este gobierno interino, cada vez se hace mucho más difícil incluso para el gobierno que lo sostiene (EEUU), generar algún tipo de reconocimiento o de aceptación o invitación sin que se generen todos los ruidos y las distorsiones que corresponden a un hecho sobrevenido”, explicó.
Para Contreras, presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, hay temas “fundamentales” que serán abordados en la Cumbre y, posiblemente, la presencia de Guaidó podría haber sido un “elemento de perturbación” que se hubiera sumado a la polémica desatada por la lista de invitados.
“El hecho de que se invite a algunos miembros del gobierno interino refleja lo que han manifestado en los últimos días, que ellos no reconocen a Maduro como jefe de Estado”, dijo.
Maduro dijo que estará bien representado en la Cumbre de las Américas a través del mandatario argentino, Alberto Fernández, a quien le pidió convocar a una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (CELAC) e invitar a Biden.
Voz de América