En su tradicional bendición Urbi et Orbi, el papa Francisco hizo votos para que Venezuela supere la profunda crisis política, económica y social que aqueja a sus ciudadanos.
“Ruego para que se ponga fin al sufrimiento del pueblo venezolano”, indicó Francisco, quien habló desde el interior de la Basílica de San Pedro y no desde el balcón de la logia central, tal y como suele hacerlo.
El cambio, que incluyó la ausencia de público, estuvo motivado por la pandemia de Covid-19 que aqueja al mundo y que, en el caso particular de Italia, ha contagiado a más de dos millones de personas y provocado 70.900 muertes.
A propósito de la enfermedad, su santidad abogó para que se garantice que las vacunas aprobadas puedan llegar a cada ciudadano y, sobre todo, “a los más vulnerables”.
El sumo pontífice recordó que la fraternidad, la empatía y la cooperación resultan clave en un contexto de “graves desequilibrios económicos y sociales”, que se han profundizado a raíz de la crisis generada por el SARS-CoV-2.