El anuncio la madrugada del viernes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio positivo en la prueba de coronavirus abrió la incógnita de qué pasaría si su estado empeora y queda incapacitado para gobernar, un supuesto al que la Constitución de EE.UU. responde en la Enmienda 25.
Creada tras el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963 y en medio de la Guerra Fría, esa enmienda fue diseñada para abordar las brechas constitucionales existentes sobre la sucesión presidencial en este tipo de casos.
En concreto, fue presentada para proteger al Gobierno en supuestos como enfermedad repentina del mandatario.
El texto establece que, «en caso de destitución del presidente de su cargo, de su muerte o renuncia, el vicepresidente asumirá la Presidencia».
Asimismo estipula que, tan pronto como el mandatario transmita por escrito al liderazgo del Senado y de la Cámara Baja su declaración de que no puede ejercer el cargo, las prerrogativas presidenciales son asumidas por el vicepresidente.
La situación puede revertirse si el presidente vuelve a comunicar por escrito que puede ejercer las labores del cargo, con lo que volvería a asumir sus prerrogativas.
Sin embargo, ¿qué ocurre si el presidente no comunica que está incapacitado para gobernar? La sección IV de la Enmienda responde: el vicepresidente y la mayoría del Gobierno informan a las cámaras de que el presidente no puede cumplir con su tarea, y el vicepresidente asume de inmediato como mandatario en funciones.
En este supuesto, el presidente reanudaría sus obligaciones comunicando por escrito que no «existe ninguna incapacidad».
La sección IV arroja aún más luz si el mandatario disputa que esté incapacitado para gobernar.
En este supuesto, el vicepresidente y la mayoría del Gabinete pueden declararlo inhabilitado y deben hacerlo por escrito en cuatro días. Entonces el Congreso debe reunirse en 48 horas y tiene 21 días para decir sobre el asunto.
Se necesitan dos tercios de ambas cámaras para declarar a un mandatario incapacitado para cumplir con sus obligaciones, o de lo contrario el mandatario permanecerá en el puesto.
Según la emisora de radio NPR, la sección III ha sido invocada en tres ocasiones en el pasado.
Una de ellas cuando el presidente Ronald Reagan se sometió a una operación por un cáncer en 1985 y su vicepresidente, George H.W. Bush, asumió la Presidencia temporalmente, aunque Reagan sostuvo que los redactores de la enmienda no tenían la intención de que se aplicara en tal circunstancia.
Y las otras dos fueron invocadas por George W. Bush, en 2002 y 2007, cuando le fueron practicadas unas colonoscopias.
El jefe de Gabinete de Trump, Mark Meadows, aseguró este viernes a los periodistas que tanto Trump presenta «síntomas leves» de COVID-19 y que se encuentra trabajando pese a la enfermedad.