Alejandro González, coronel retirado de la Fuerza Aérea venezolana y gerente de la petrolera estadounidense Chevron, fue detenido el pasado 9 de febrero cuando funcionarios de contrainteligencia allanaron su casa en Barcelona, estado Anzoátegui, según reseñó The Associated Press.
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González, de 57 años, fue esposo de la abogada y defensora de los derechos humanos Rocío San Miguel, quien fue arrestada el mismo día que él, pero en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Caracas.
Desde que se retiró del ejército, trabajó para Chevron y ahora ocupa un puesto gerencial coordinando vuelos para sus empleados hacia y desde los cinco proyectos de perforación que la compañía opera en la nación de la OPEP en conjunto con la petrolera estatal PDVSA, detalló The Associated Press.
Por ahora, la única información que ha recibido la familia de Alejandro González sobre él fue a través de una declaración de Tarek William Saab, fiscal general del régimen, quien lo acusó de revelar supuestos secretos de seguridad nacional y obstrucción de la justicia.
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«No puedo dejar de pensar que todo esto es una pesadilla y que en realidad no está sucediendo», expresó Alexandra González, la mayor de las tres hijas de González, en una entrevista desde España. «No sabemos cómo está nuestro papá. No hemos hablado con él, ni ha tenido acceso a los abogados que ha elegido», añadió.
Chevron aseguró en un comunicado que el arresto de Alejandro González no estaba relacionado con la compañía y dijo que no haría comentarios sobre asuntos de personal.
Este viernes, el abogado Joel García denunció que la defensa técnica de Rocío San Miguel y Alejandro González no pudo juramentarse, nuevamente, porque el traslado de los detenidos no se realizó.
García alertó así que, San Miguel y González se encuentran en estado de indefensión.