El ministro griego de Migración, Notis Mitarachi, pidió a Turquía que acoja a 1.450 migrantes a los que se les negó asilo en Grecia, «una gran oportunidad» para que Ankara «demuestre su voluntad de cooperar con la UE y haga cumplir» la declaración firmada en 2016 para reducir el número de migrantes a Europa.
En una entrevista el martes por la noche a la AFP, el ministro encargado de cuestiones de migración y asilo subrayó la importancia de una «aplicación adecuada» de la declaración UE-Ankara del 18 de marzo de 2016, en virtud de la cual «Turquía asumió ciertas responsabilidades» al igual que la Unión Europea (UE).
A mediados de enero, Grecia había solicitado la ayuda de la Comisión Europea y de Frontex (la agencia de vigilancia de las fronteras exteriores de la UE) para la «devolución inmediata» de «aquellos inmigrantes de terceros países [no comunitarios] que no tienen derecho a protección internacional».
La declaración de 2016, que Ankara pide que se revise, prevé la devolución de los migrantes irregulares desde las islas griegas hacia Turquía.
A cambio, la UE prometió 6.000 millones de euros (7.145 millones de dólares) para ayudar a Turquía a acoger a los refugiados, de los cuales se han pagado 4.100 millones, según la Comisión Europea.
La declaración conjunta UE-Ankara fue firmada tras la «crisis migratoria» de 2015, cuando Europa se vio desbordada por la llegada de 1,2 millones de personas que huían en su mayoría de la guerra de Siria.
La declaración, muy criticada por las organizaciones de derechos humanos, «sigue siendo válida y debe seguir aplicándose», según Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea.